En ocasiones vienen a la mente frases o te dan consejos que en la mayoría de las ocasiones desatendemos o simplemente no los entendemos. Esas son las señales de tránsito en la autopista de la vida, semáforos en amarillo que nos ADVIERTEN o consejos que nos dicen por nuestro bien. Así andamos por la vida haciendo caso omiso al instinto, a nuestro propio ser y luego nos arrepentimos de las cagadas que nos pasan o que LA VIDA nos pone. OJO: La vida no es culpable de nada.
Por esto, cada
gran avance que hagamos para mejorar desde nuestro interior es una milla ganada
para superar montañas escarpadas o valles oscuros. Lo importante es seguir
avanzando luego de sanar todas aquellas heridas del pasado que atrás debemos
dejar… Una vez superadas aprendes a conducir mejor, evitando caer en el
mismo hueco dos veces.
PERO SOMOS
TERCOS.
Cuando solo hemos
cambiado el color de nuestro vehículo, de carril o inclusive, tomado el tiempo
necesario para recargar la batería, damos la oportunidad a una nueva pareja de
convertirse en un gran maestro, cuando entendemos desde el amor que vienen a
nosotros para enseñarnos una nueva lección en este camino del
crecer, no para herirnos. Sí, las parejas enseñan desde la belleza de una
sonrisa, hasta el vacío cuando se pierde la admiración.
Justo por lo que
generamos desde nuestro interior todo ese dolor y frustración por no entender
aquel “Te amo” que se transformó en olvido, desinterés y
frialdad. Y así arrancamos otra relación sin sanar, ocultando
otro hilo atado al corazón, tapando sentimientos, mintiéndonos a nosotros
mismos, o como hacen en los talleres de pintura automotriz, poniendo plastobón para cubrir
el golpe y que por fuera todo se vea bonito, como si nada hubiera pasado.
Así, desde
nuestras propias carencias, atraemos a seres que igualmente no han cortado sus
hilos; esta es la manera como se junta un roto con un descocido,
repitiendo la misma historia una vez más.
HASTA QUE LLEGA UN GRAN MAESTRO.
Ni la muerte es
más grande que el amor, por eso cuando se logra entender que AMAR no tiene nada
que ver con otra persona, sino con uno mismo, es cuando toda esa masa que tapó
las viejas heridas se empieza a caer. Los hilos atados al corazón se rompen
y los recuerdos dejan de doler. Ahí es cuando atraes la luz a tu vida, empiezas
a brillar por ti mismo/a y vuelves a creer en ti; en ese momento, sí, en ese
momento estás listo/a para iniciar otra lección.
Llámale destino,
suerte o DIOSIDAD, pero cuando dos almas libres se cruzan hay atracción,
interés, reciprocidad, etc. la paciencia puede más que las hormonas, la amistad
predomina, las calenturas se aquietan y empiezas a sentir más que a
pensar. Sientes que estás viviendo el momento más increíble de
tu vida y en ese momento aparece una señal “No lo entregues todo”.
Vez la primera
luz amarilla y dices “Ya superé a mi ex, desde hace un año lo nuestro
estaba muerto”. Ese es el primer mensaje del ego, el cual
te enfoca en un futuro maravilloso con esta nueva persona, que obviamente te
hace sentir bien, te entiende, sientes su apoyo y cómo cada una de sus palabras
es un bálsamo que sana las viejas heridas. Sientes que hasta compartir una
galleta es lo más maravilloso y... sí, vuelves a creer en el amor.
Es inevitable no
enamorarse; ¡carajo! sí que es rico sentirse pleno, verse al espejo en los ojos
del otro, sentir la paz en cada una de sus acciones y palabras, es flotar en un
remanso tranquilo donde pierdes miedos y poco a poco se vuelve a florecer y luego
de semanas o meses llega ese encuentro maravilloso, donde hasta el clima
conspira para que todo sea perfecto. No es sexo, en hacer el amor:
no hay desgaste, más bien, un recargar de la más plena energía, donde sientes
con el corazón, no con la piel. No hay pena por nada, no nos juzgan, ni
juzgamos al otro. Es la aceptación del SER que está enfrente. Somos nosotros
encarnados en otra alma.
Así surgen
planes, se sueña despierto, se comparten secretos íntimos, deseos ocultos,
sueltas mitos, derribas creencias y empiezas a ver tu mundo de otra manera.
Reconoces en esa persona un ser maravilloso que te vino a enseñar, a compartir
y a crecer junto a ti; te entregas y saltas desde la cima del Ángel, con una
mano en el corazón y la otra aferrada a ese ser que su propio plan de vuelo
tiene y tu no estás en su radar. Vuelves
y verificas tu mapa dándote cuenta que el plan, es que no hay plan para ti.
En esa caída
libre te sueltas del todo, estás por la libre y tomando un gran respiro, dices
adiós, miras sus ojos por última vez y de corazón agradeces cada momento que
desde el amor vivieron. No hay lágrimas, dolor, miedo, ausencia. Más bien hay
plenitud, el más transparente aprecio por cada enseñanza. En ese momento
miras al horizonte donde el naranja del sol se mezcla prístino con el dorado de
la luna, que con su encanto te mira, dándote la bienvenida a una noche
diferente.
Cada final es único,
pero cuando estás listo para quitar una capa más de la cebolla, logras entender
el Amor, el Desapego y superas la cuarentena, captando la energía de la vida,
aceptando que debes ver fuera de la caja, luego de chapistear el corazón para
así recargarlo y finalmente perdonar, limpiar y sanar. Es porque estás listo
para mirar el sol y la luna dentro de ti, sin sentir miedo de todo lo que la
vida tendrá para ti.
RESPIRA,
RESPIRA, RESPIRA…
La vida, esta
maravillosa vida es para los valientes, aquellos que nos atrevemos a cuestionar
desde Dios hasta todo lo que esté bajo su maravillosa luz sin miedos,
atreviéndonos a SER, crecer y hacer, entendiendo que el camino a la felicidad
es una espiral hacia nuestro propio interior y cultivando la trilogía perfecta
entre la paz, el amor propio y el ayudar a los demás. Ese es el camino por
recorrer cuando tomas la decisión de crecer desde el SER.
Así de maravilloso es vivir en el amor propio.
¿Me acompañas?
Abdiel Barranco C.

Al final la vida es lo que hemos decidido que sea... No hay culpables..."Solo no lo entregues todo"
ResponderEliminarSaludos, como digo la realidad es la de cada quien,las personas vieran la felicidad todos los días si agradecieran por cada cada cosita que tiene y no lo dieran por hecho .. besos
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