martes, 2 de junio de 2020

Chapisteando el corazón.


Has llegado en el momento correcto al taller. No ha sido antes, ni después, sino cuando tenías que llegar. Esto lo dejo claro desde el inicio, dado que las casualidades no existen; tu proceso de crecimiento necesita un alto, y bueno, qué mejor momento para llevar tu vehículo al taller, para que una vez reparado puedas seguir recorriendo tu vida, dejando atrás la preocupación por si algo se jode en el camino, ya que de seguro sabes que hay algo flojo, roto o golpeado por ahí.

RELÁJATE que esto va a empezar.    ¿Quieres un cafecito o aquella bebida que más te guste?

En este proceso del CRECER hemos ido ajustando piezas, reparando aquellas que tienen solución o definitivamente reemplazando otras.  Esto es un paso natural, al cual llegamos luego de intentar embonar piezas chimbas, modelos anteriores e inclusive de otros vehículos que, aunque similares, no logran generar la energía que tu vehículo necesita para seguir en ruta.

Al final todos estos cambios afectan al motor: sí, nuestro motor es el corazón, esa hermosa creación fuente infinita de energía, luz y ganas de vivir, que en muchas ocasiones hasta desaparece de nuestro propio sentir, ya que dejamos de ser conscientes de su presencia e importancia, hasta cuando ya es tarde o comienza a fallar.

Como sabes, tu motor se compone de muchas partes, piezas chiquitas y grandes, pero cada una de ellas es importante para que siga manteniendo su energía. Es aquí en donde debemos agradecer conscientemente el trabajo que ha hecho a lo largo de nuestra vida. Dile “Gracias corazón, gracias por tu infinito latir, el cual me permite estar aquí. Lamento todo el daño que te he causado, inclusive por dejar de sentirte, de amarte siendo tú el que más me ama al permitirme cada día seguir viviendo…   Gracias”

RESPIRA y vuelve a leer este agradecimiento, siendo consciente de cada palabra.

Muy bien, es importante que reconozcas que de nada te sirve manejar un Ferrari rojo descapotable, si el motor tiene fugas y desperfectos.  Por eso en este taller del SER, empezamos la revisión por lo más importante, tu corazón…    Sé que esto sonará extraño, pero los cubanos definen chapistear como: Reparar un objeto roto o viejo”, por lo que si tienes el corazón roto...  ¿Cómo podrás acompañar por la ruta a otra persona, si tu motor no está en condiciones para seguir y compartir el camino?

En mi caso, cada ruptura encendía una lucecita más en el tablero de control “Check engine” ¿y qué hacía? Simplemente la tapaba de manera inconsciente, buscando sexo, escapando de esa realidad o enfocándome full en el trabajo.  Así solo echaba más peso en el maletero, creyendo que por fuera y por dentro estaba bien.  Levanté barreras, oculté miedos, dije te amo mil veces; así fui descubriendo la diferencia entre felicidad y paz, llegando al momento consciente de decirme a mí mismo “Ya no quiero esta vida saltando de falda en falda, sin sentir mi corazón”.

Cada proceso es diferente, pero el tiempo de Dios es perfecto, único e irrepetible para cada uno. Por eso, cuando en el camino se enciende una señal de ALTO, hay que detenerse para evitar quemar el motor, el cual pierde energía enfermando el resto del sistema, llenándonos de odios, aumentando nuestros miedos, etc.  Es como si conectáramos el tubo de escape, a una de las ventanas, concentrando todo el humo adentro. Por eso dejamos de ver los sueños, nos intoxicamos con nuestros propios desperdicios y nos apagamos lentamente, arrastrando a otros en nuestro cada vez más lento viaje, alejándonos cada vez más del SER.


COÑOOOO hay que despertar.

Sí, nos fusionamos en la congoja de ese pasado cargado de egos, por lo que te invito a despertar en el HOY.    Ya viste la radiografía de tu motor, reconoce dónde tienes que dar unos golpecitos para enderezar su forma y función. También acepta que hay piezas que cambiar, reconócelo carajo.  Llevas años con esa válvula jodiendo tu marcha y te ha sido imposible retomar tu verdadero ritmo. Supera ese rencor de ese momento doloroso vivido con tu madre o padre, novio, hermano, amigo o jefe...  !!!SUÉLTALO¡¡¡

Llegaste hasta aquí para aceptar tu realidad, pero en este taller no ponemos piezas de segunda y menos chimbas, por lo que debes firmar y aceptar la responsabilidad de tus propias reparaciones, cueste lo que cueste, ya que quien saldrá a la calle con un vehículo repotenciado eres tú.  Libérate ahora de tu pasado y aprende a gestionar tu presente, mantente en el hoy consciente que estás en el camino correcto, tu camino, tu decisión.

Si estás seguro(a) que este es tu momento, abrázalo y hazte dueño(a) de tus emociones. No las controles, sólo se consciente de que están ahí para sentirlas cuando y como las tienes que sentir. Pero no te aferres a ellas, dile al “SR. EGO” que ahora tú tienes el control de tu vida, de tu HOY y verás como poco a poco comienzas a percibir tu mundo de una manera diferente.

MUY BIEN ¿Ya estas listo(a)?

Sólo tú sabes si tu motor está a punto, por lo que ahora saldremos a ver la carrocería, ya que este empaque que los demás ven, es el mismo que vemos todas las mañanas en el espejo y también hay que darle cariño…  

A ver... ¿Sacamos la máquina para pulir o el martillo para reparar las abolladuras?

Nos leemos en la próxima.

Abdiel Barranco C.

PD. Quiero leer tus comentarios.


7 comentarios:

  1. Excelente reflexión de vida amigo... Son "detalles" que pasamos por alto, sin percatarnos que, al no corregir un error, eso va afectando otras partes de nuestro sistema. Es cierto, debemos detenernos en algún punto, hacer los correctivos necesarios y arrancar nuevamente con una máquina sana, con un alma nueva para conquistar el mundo día tras día, aceptándonos y queriéndonos tal cual somos. Gracias por tus atinadas letras amigo, saludos... (Yas)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DETENTE es una palabra que aprendí de una gran maestra; así es como nos damos la oportunidad de observar sin prisa, de sentir con calma, para ser y hacer lo necesario para crecer y avanzar.

      Eliminar
  2. Es maravillosa la reflexión. Gracias por esto. Estas cosas hacen falta.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, es agradable saber que lo que escribo ayuda.

    ResponderEliminar