martes, 30 de junio de 2020

DOS en UNO


Seas mujer u hombre, TODOS hemos sido concebidos en la divina dualidad entre un óvulo y un espermatozoide; desde esa fusión energética nos fuimos convirtiendo en vida hasta salir de la incubadora natural que es el vientre materno; todo lo que ocurrió antes o después del nacimiento viene adherido a nosotros como huella transgeneracional, con la única diferencia que esta información está en nuestro subconsciente -  Cuando con valentía logramos descifrar esa huella, es ahí en donde nuestros miedos y traumas conscientes e inconscientes empiezan a sanar.  


Esto nos enfrenta a una realidad, tenemos un porcentaje de nuestro padre y madre con nosotros, ese equipaje constantemente y según las circunstancias varía hacia un lado o el otro, lo que nos permite actuar según rol o sobre reaccionar cual protagonista de telenovela.   El rol es lo que realmente somos y el papel es como actuamos.

LO QUE NOS ENSEÑARON.

Desde ese momento en que la mirada física te engancha a ese otro ser, empieza un juego hormonal que nos lleva de un suspiro a la excitación; consciente o inconscientemente empezamos el juego del “Amor” el cual es un programa incuestionable insertado en el hogar, reafirmado en la sociedad y finalmente es empaquetado en el culto o la iglesia.

 “ El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.” – Primera de Corintios 13 – 4 al 8

Es aquí donde la valentía es necesaria, ya que cuestionar es el norte que nos conduce al entendimiento; aquello que no cuestionamos siempre permanecerá en la sombra, en el oscurantismo cual venda que nos impide descubrir nuestra verdad.

Cuando nos enamoramos automáticamente sentimos la necesidad de POSEER; este o esta es mi pareja, avanzada la cosa impedimos que el otro SER sea quien es, ya que pretendemos cambiarle a nuestro gusto y parecer; finalmente una vez logrado el objetivo, el “amor” llega a ser algo que no se sabe explicar…   “Es que yo te amo” ¿Y cuál es tu manera de amar?

Amamos según lo que aprendimos del amigo/a, lo que vimos o sufrimos con nuestros padres o como bien lo leímos arriba, lo SUFRIMOS ya que es lo que Dios quiere para nosotros.

Pregunta: ¿Dónde está el amor en el sufrimiento?

El objetivo de toda persona en este planeta es SER FELIZ y vivir en PAZ, esa paz que se alcanza empezando por uno. Somos un entero, no necesitamos medias naranjas o limones para estar completos cuando vivimos el amor propio, entendiendo también que probaremos medias toronjas, melones o hasta medias fresas; ellos/ellas son maestros del camino y desde el desconocimiento o la sabiduría nos enseñan a ESTAR COMPLETOS = A amarnos.

EL DESBALANCE DE TU SER

Cuando se pierde el equilibrio, inclinando consciente o inconscientemente la balanza hacia uno de los lados (El rol masculino o el rol femenino) en más del 50% y de manera constante, la relación pierde la esencia que les permitirá brillar individualmente.   Para entender esto te pondré un ejemplo que puede ser el tuyo, el de una amistad o el de tus padres.

En la infancia viste programas o películas donde el padre se levantaba de la mesa dejando el plato ahí, en tu mente pudiste deducir inconscientemente – Ese es el rol del macho de la casa (Lado masculino) o pensar “Que huevo; si el no cocino por qué no lo lleva él al fregador” (Lado femenino) estas primeras observaciones nos empiezan a marcar el rumbo, enfrentándonos a decisiones que en la adultez se reflejan así.

Estando en pareja, él cocina mientras tu estás atendiendo cualquier cosa.  Él te llama a comer sirviéndote la mesa con mantel y todo (Lado femenino) tu llegas, comes y conversas de cualquier cosa, terminas y sin mayor gesto te levantas y sigues con lo tuyo (Lado masculino). En la noche la mujer siente deseos intensos y él, agotado por lo que sea, no demuestra interés…  La incomodidad manifiesta de ella (Lado masculino) le impide negociar un mañanero y exige hasta que él accede.   ¿Dónde está el amor en la imposición?

Como este ejemplo hay cientos, en donde ella montada en un rol masculino que no le pertenece, deja de lado su esencia de Diosa y Reina o por el contrario, es el hombre quien desde un rol mayoritariamente femenino oculta al Dios y Rey que debe ser ante ella y para ella.

¿DIOS y DIOSA?  Aquí la explicación.

Independientemente de la divinidad en la que creas, fuimos hechos a su imagen y semejanza, por ende, al mirarte al espejo ves a tu Dios o a la Diosa que eres; sí, esto suena a herejía, pero cuando aceptas que el crecer desde dentro te lleva a entender que somos energía o luz divina, te percatas de la magnificencia de lo que es el ser humano.  Nacimos para aprender a ser mejores, ayudar a los demás y vivir en paz…    Si tu crees que vinimos a este plano para sufrir, no se como llegaste hasta aquí.

En fin, debemos aprender a mantener el balance en nuestras relaciones, observando las conductas que afectan el brillo individual, siendo conscientes de nuestro actuar según rol a desempeñar dentro de la pareja y ojo, esto no implica que dejemos o tengamos que ser mas o menos cariñosos, significa dar sin esperar nada a cambio…   OBSERVA ESTO: Cuando das esperando que el o ella devuelva el favor, ahí es donde el amor se convierte en un negocio, ya que hay un intercambio de bienes o servicios.  Y cuando el bien a intercambiar es el sexo, esto ser convierte en una manera sutil de prostitución, NO ES AMOR.

Como ves somos DOS en UNO y lo ideal es encontrar el balance para que así el amor fluya como agua en el río, multiplicándose entre los dos; obvio es una constante donde no debe haber exigencias, por el contrario, en el constante dar de ambos, es donde radica la sana relación a la cual estamos llamados para seguir creciendo en el amor.

Abdiel Barranco C.

PD. Si quieres saber como convertirte en Diosa, espera el siguiente artículo.

jueves, 25 de junio de 2020

¿Lo nuevo del miedo?


Escribir es una mezcla exótica entre pensamientos, decir lo “políticamente correcto”, evitar meterse con Dios y tratar de quedar bien con todos los lectores…   En resumen, es algo IMPOSIBLE dado que cuando el Director Celestial manda el mensaje o mejor dicho me invita al teclado, las palabras bajan sin filtro, con algo de coherencia y sobre todo mucha pasión.

Es así como a lo largo de los años que tengo escribiendo desde cartitas de amor 💖, pasando por artículos sobre deportes de aventura, política, educación, poemas y teniendo publicaciones en páginas y revistas locales e internacionales, logré desarrollar un estilo orgánico y transparente; es como las canciones de mi banda favorita “Snarky Puppy” volviéndome el cachorro sarcástico de las letras, por lo que al perder el miedo de escribir un coño y tres carajos, empecé a disfrutar mucho más del escribir.   ¡¡¡La verdad lo disfruto!!!

Génesis de mis miedos.

Cuando era niño viví en una casa de madera que tenía un patio trasero enorme, era mi campo de juegos; conocía cada objeto o tabla recostada a la pared de mi ventana, pero con las sombras de noche, el viento y mi prolífica imaginación, todo cambiaba haciéndome creer que afuera había brujas que me ATERRORIZABAN.

Ya en los treinta y tantos, haciendo una caminata en solo por las montañas, me agarro la tarde en un pueblo donde no conocía a nadie, así que pedí refugio a un poblador y al final me mandaron a la casa comunal que estaba alado de la iglesia.   Ahí me dejaron sólito, en un cuarto donde había una camita, una cruz de palo y una mesita de noche.

Ya tarde y luego de reparar mi mochila me dispuse a dormir en total oscuridad, tal vez pasaron 15 min. cuando comencé a escuchar “cosas” que se movían en el techo de aquel cuartito, joderrrr…  Las horas pasaban y el ruido iba y venía con mayor intensidad, hasta escuchaba risas; resé todos los padre nuestro y Ave Marías que tenía pendientes y finalmente me dormí.   Al despertar revise todo mi cuerpo y badabammm, no tenía nada.   ¡¡¡Estoy vivo Batman!!!

Ya con luz y sin FRULO (Frío intenso en el…) Salí de la habitación y mire hacía el techo, acto seguido me dije “Yo si soy flojo” resultó que a un costado de la estructura había un árbol de guayaba, cuyas ramas acariciaban con la suave brisa el techo, creando la sensación de pasos que iban y venían justo sobre mi habitación.

Mis miedos de hoy

A 20 años de iniciado un nuevo siglo, soy consciente de no tenerle miedo a la muerte, a la oscuridad de la noche o a las brujas de mis propios cuentos, por el contrario, cada día creo más en la evolución emocional y espiritual de los seres, esos que con valentía se atreven a retarse a sí mismos para salir de la caja que fabricaron en nuestras mentes, impidiendo que fuéramos quien realmente quisiéramos ser = Personas FELICES.

Por ende, si hoy sigues rodando por el camino de la vida con miedos en el maletero, te diré que te entiendo; yo también pase por ahí…   Y la verdad respeto tu valentía de continuar cargando es pesada carga que incomoda y te enferma, por seguir llevando la máscara que cubre bien los miedos que por irracionales que sean, son tus miedos.     

Snarky Puppy  ¿Lo recuerdas?


Desarmemos al Sr. miedo.

Todo lo nuevo nos da miedo, es obvio, desconocemos aquello que por reacción social llamamos “El cuco” o en su versión actualizada “El enemigo” al cual hay que hacerle la guerra, darle batalla…  Esta manera errónea de relacionar al miedo lo alimenta, dándole cobijo al tenerlo presente en cada pensamiento o acción, maximizadas por el chisme, las redes sociales o hasta las noticias.

Es aquí en donde el desaparecido SENTIDO COMÚN debe entrar en acción.   Él es quien te dice “llévate el paraguas” cuando vas a salir de casa, pero miras al cielo, ves el sol y dices para que lo voy a llevar…   Ajaaaa, que palo de agua y tu en la calle sin que taparte.

E aquí la importancia de invertir tiempo en DESARMAR la causa del miedo, así nos percatamos que esas ramas en el techo son solo eso, minimizando su impacto emocional y adivina, evitando una baja considerable en nuestro sistema inmunológico, el cual tiene una relación directa: Miedo + estrés = enfermedades.  

INFÓRMATE: Busca relación del miedo y el sistema inmunológico.

¿Ahora te preguntaras, cual es la cara opuesta al miedo? La respuesta es amor, sí es AMAR tu propio SER perdiendo el miedo a conocerte e indagar en el origen de tus miedos.  Deja de ver brujas en las esquinas, de estar diciéndote a cada paso “Mejor no lo hago” deja de pensar tanto y empieza a darle valor a tu sabiduría interna.    Siente más, piensa menos.    


No hay miedo nuevo bajo el sol.

Sí, hay variables entre todos nosotros, pero recuerda siempre que el origen del miedo es el mismo por lo que habrá dos caminos para enfrentarlo:  

1- Dejar que el miedo se apodere de tus pensamientos y acciones.   

2- Te informas, análisis y sacas tus propias conclusiones para minimizarlo y seguir avanzando.

Tal cual como lo lees, el cuco no existe, nadie lo ha visto o agarrado por las…   Pero si tu dejas que el miedo se apodere de ti, tu cuerpo sufrirá las consecuencias y lo peor es que le contagiaras tus miedos a tus hijos, familiares o amistades lo que es aún peor.  Toma en cuenta que ellos no tienen culpa que no hayas abierto los ojos para ver las ramas del techo y así superar con valentía los viejos o “nuevos miedos” del siglo XXI.

Saludos.


Abdiel Barranco C.   

¿Te atreves a iniciar la era de vivir sin miedos?

martes, 23 de junio de 2020

Paz interior


Pilares de vida – III

En ocasiones me pregunto cómo los humanos podemos llegar a ser tan complejos, difíciles de tratar y hasta desconectados de las cosas más esenciales.  Luego recuerdo que en la riqueza de nuestras diferencias es donde radica la vida... y se me pasa.    Por esto un día se me ocurrió un dicho que en ocasiones repito “La vida es tan sencilla, como cada uno se la quiera hacer”.

Esto, más que acarrearme problemas, me llevó a tener que dar explicaciones, pero hoy entiendo que mi PAZ interior no se negocia, por esto ya no es necesario tener que explicar lo que siento, pienso y creo, siendo inmensamente feliz.


Un paso a la vez.

Desde siempre mis amistades o parejas me han dicho que soy un tipo raro o un hombre diferente. Lo cierto es que lo raro sería ser igual a los demás, por esto es que siempre he disfrutado de cada cosa que hago, sin culpas o preocupaciones.   Obvio, a los 17 años no sentipensaba como pienso o actúo ahora a mis 46 primaveras, teniendo muy claro lo que quiero, necesito o atraigo a mi vida.

Tuve la fortuna de ser criado en un hogar donde aprendí a crear mis propias soluciones para entretenerme y divertirme, donde no hubo carencias emocionales o afectivas, en el que me dejaron SER desde pequeño, explorando, buscando respuestas, inventando cuanta vaina me venía a la cabeza, lo cual me daba felicidad.   También lecciones como aquella que me dio mi madre un día que me dijo “Tú no terminas una cosa, cuando arrancas con otra”.

Ese era yo, por lo que aprendí a enfocarme en una sola cosa, esto en el mundo de los negocios no siempre es útil, pero así avancé hasta cuando empecé a tener entradas económicas interesantes y conocí de lujos, viajes y placeres, llegando a comprar el carro de mis sueños.


No es el vehículo, eres tú.  

Buscaba en la sección de clasificados la descripción de una Land Crusier, ese deseado carro de mi infancia y encontré una Lexus LX 470 que estaba dentro del presupuesto que tenía, marqué el número y por miedo cerré la llamada.  En mis adentros sabía que ese era el carro que quería y ¡ring! suena mi celular, contesto y era el dueño de ese hermoso carro color champagne. 

Ese mismo día en la tarde era dueño de esa nave más lujosa que féretro de ricachón y dije, ahora sí soy feliz papá…    ¡¡¡Qué perdido estaba!!!   Las semanas y meses pasaron; el carro me llevaba y traía de la misma manera que cualquier otro, pero con él aprendí que la gente te trata según como te vean, lo que me pareció tonto, ya que yo no soy el carro, ni una marca y menos una imagen prestada.


¿Qué es primero? ¿la felicidad o la paz interior?

Esa experiencia me enfrentó a una realidad: no puedes alcanzar la felicidad sin antes tener PAZ interior…   Esta contundente realidad me hizo caer en cuenta que la felicidad es inalcanzable o hasta superflua sin antes tener el alma quieta y llena de ese gozo que no dan las cosas materiales, sino las emociones verdaderas y el sentir del alma plena.

En un año vendí sin dolor o remordimiento el Monstruo, como cariñosamente le apodé.  Al principio, extrañé sus asientos de cuero o el poder meterlo por cualquier terreno.  Luego compre un sedán y me sentí tranquilo, en paz, no porque consumiera ¼ del combustible que el monstruo tragaba, sino por la certeza de llegar a cualquier lugar y que me trataran como una persona normal, siendo quien yo era, no quien ellos creían que yo era.  

Así me pasó con un reloj de lujo y unos zapatos costosos. Nada de eso me llenaba. Entre en un proceso de desconexión de lo material, abracé el minimalismo como forma de vida, descubriendo que entre menos cosas tengo, más feliz soy y más paz me rodea y, ojo, no es que busque ser monje tibetano o flote por las esquinas, es reconocer y dar valor a las cosas que realmente quiero, es sentirme vivo con las cosas más sencillas de la vida.

Así fue como descubrí la importancia que tienen los abrazos para mí, el decir lo que siento, cuando y como lo siento, el gozo de preparar y tomarme una taza de café, de ver un colibrí en mi balcón, de disfrutar lo que no tengo, justo por no tenerlo, de tener mis sueños y principios vivos, de acercarme a mis seres queridos con palabras, abrazos o hasta una esporádica llamada para escucharlos y sentirlos.


No necesitas hacerlo complejo.

Sí, nos enseñaron a buscar la paz en Dios, luego entendimos que el TENER es parte de la ecuación, para finalmente entender que sin PAZ no hay Dios o cosas materiales que te guíen a la felicidad, por eso en esta trilogía donde he expuesto mis pilares de vida, develando experiencias que me han enseñado, espero haber dejado sembrada una semilla que quiero germine en ti.   Seguro estoy que no será una réplica genética, ya que todos somos diferentes, pero en la certeza que descubrirás en tu camino eso que te sostenga, te llene de ilusión y te haga mantener la paz sin importar lo que pase en tu entorno, con eso yo seré feliz.

En mi sentir reflexivo, te doy las gracias por estar ahí, por ser parte de esta historia, de esa música que la vida pone sólo para las almas en paz que saben escuchar.

 

Abdiel Barranco C.

PD. Un abrazo de luz.


jueves, 18 de junio de 2020

Apoyo a los demás


Pilares de vida – II

El vals se baila entre dos, es la fusión del arte, los sentimientos y las emociones, todo junto en un solo momento. Por lo general hemos visto presentaciones en la televisión y con suerte en teatros o plazas. Son sus movimientos sincronizados al ritmo de la música, risas y encanto, es el gozo de hacer con el cuerpo lo que el alma quiere.

Por ahí viene la experiencia de esta lectura, de hacer con el cuerpo aquello que el alma quiere. Si leíste el artículo anterior, sabrás que estamos hablando de los pilares de la vida, los míos, los tuyos, los de aquellos que aún no lo saben, por lo que hoy escarbaremos en esa misión que vinimos a hacer en este plano terrenal y que es interesante de encontrar.

Un amigo mexicano un día me dijo “Yo nunca le he pagado a una mujer por sexo”, y prosiguió “Un hombre que paga por sexo, no tiene los pantalones para conquistar a una mujer”. Desde aquel día, reconfirmé que el camino fácil no era lo mío, por lo que he buscado el conocimiento por muchos años para descubrir la esencia de mi verdadera misión, la cual es ayudar a los demás, y sí, esto implica entender que ayudar no es dar el diezmo, donar en la Teletón o enviar comida seca en situaciones de crisis.

De damita a MUJER.

Sentado con unos primos en un restaurante, Edoardo, el más nocturno de mis primos, me dijo “Ves a esa chica de aquella mesa”.  Yo un tanto despistado, la observé y ella me soltó una sonrisa pícara, en eso Edoardo me dice “Esa es prepago”, a lo cual le respondí “Qué te pasa... esa chica debe ser una secretaria” y me dice…   “Qué inocente eres primo.

Acortando el cuento, entablé conversación con ella y la invité a cenar.  Era una chica extranjera de buen léxico y parecida a Mariah Carey. Se dedicaba, según sus palabras a ser “damita de compañía”. Al pedirle que me explicara como era eso, me dijo “Tú me ves, yo te sonrío, tú te acercas, te ofrezco sexo rico, tú me pagas, lo hacemos y listo”. Por lo que corroborado el comentario de mi primo, me pidió la dejara en una discoteca conocida y me fui.

Mantuvimos contacto por un tiempo y en varias ocasiones la socorrí económicamente o con un favor aquí o allá, sin yo pedir o darme ella nada a cambio.   Desde ese entonces deje de ponerle etiquetas a su profesión, más que desagrado por saber lo que hacía, mi respeto por ella fue tal que sin saber me enseñó a valorar más a la mujer, no a la imagen que muchos ven de ellas.

Ayudar es más que dar.

Cuando nos damos la oportunidad de ver más allá de las máscaras y sentir, descubrimos a seres con historias increíbles, quienes son grandes maestros que abren su corazón. Tal vez en ese momento nosotros nos convertimos en ALGUIEN, que aparte de extender una mano, damos aliento, esperanza o hasta una sonrisa que alivia las penas, el dolor o la frustración del diario vivir de esa persona en especial.

Es así como mi misión de vida se volvió hermosa.  Es cuando el por qué y el para qué de ayudar a los demás toma sentido.  No es convirtamos en Sor María Teresa de Calcuta o en filántropos dadores de lo monetario, es llegar y cultivar la esencia de la verdadera ayuda, lo cual aplica para amistades, hijos, desconocidos o para aquel Jorge Ramírez en tu camino. 

Sí, Jorge Ramírez, como decía llamarse aquel hombre que vivía en la calle, me dio una lección de humildad que guardo en mi corazón…   Siempre en las tardes le veía caminar desde mi balcón.  Un día me atreví a detenerlo y le dije “Tengo una ropa que seguro te quedará” y al verla, la tomó con sus manos y me dice “Esta ropa no tiene energía”. Me dio las gracias, se volteó y al empezar su camino, se detuvo y dando la vuelta me dice “Me puedes comprar un café en la esquina”.

Yo ni lento ni perezoso empecé a caminar a su lado hasta llegar a la esquina, me detuvo y sacó dinero de su bolsillo, por lo que le dije que yo le invitaba el café, y me dio las gracias. Entré al restaurante y compré un café con un emparedado para mi nuevo amigo.    Salí y nos sentamos en la acera a conversar.   Él, en sus quimeras, me contó que dormía en una alcantarilla con otras personas.  Empecé a escuchar palabras y teorías que eran de una persona sabia que, al menos, había leído mucho.

En ese momento pensé, yo que he ido a la universidad no articulo escenas como esas.  Sin darme cuenta, estaba conversando con un Ser de luz.   Hoy, muchos años después de ese encuentro, reconozco en Jorge Ramírez un Ser que, en su mundo perfecto aprendió a vivir en el hoy con sus momentos psicodélicos, resultado del uso de drogas duras que en la calle le tenían.   Seguro tuvo un hogar, una familia, hermanos y en ese momento yo fui ese ALGUIEN para él.  

No soy un Guru, ni pretendo serlo.

Estos dos casos, de muchos otros que he vivido con niños, jóvenes y adultos a lo largo de los años, describen mi propósito de vida: Ese que se convierte en energía pura, la cual me permite estar aquí contigo, compartiendo mis letras, mi sentir, mi historia y siendo solo un humano; si en algo te he ayudado te doy las gracias, sí a ti te doy las gracias por ayudarme a mí a ser hoy, mejor que ayer.

 

Abdiel Barranco C.

PD. Ayudar es un peldaño mas a la Paz Interior.


martes, 16 de junio de 2020

AMOR PROPIO


Pilares de vida - I

Conforme pasan los años vamos esculpiendo al SER que vive dentro de cada uno, la dureza o belleza del material con el que estamos hechos es única, por lo que exponer lo mejor de su interior depende solo de nosotros; las herramientas que tallan cada forma de nuestro corazón en muchas ocasiones pueden parecer rusticas, dolorosas o en ocasiones hasta blandas, pero todas son necesarias para perfilar con calma o intensidad lo que somos.

Cuando se toma la decisión consciente de avanzar en el camino al SER mejores personas, surge la esperanza desde dentro, los miedos se dejan atrás, la certeza, intuición y la plenitud nos inundan, no como un halo místico que nos lleva a levitar, mas bien es la sensación constante que todo está bien; cambiamos los problemas por situaciones, el apego por el amor propio, la música estridente y sin fundamento por sonidos que llegan al alma.

Todo esto tiene un sustento o soporte que varia y lo hacemos evidente en todo lo que decimos o ponemos hasta en nuestros perfiles en redes sociales “Mis hijos lo son todo” “Amo a Dios” “Josesito, sin ti mi vida no sería igual” “Detesto las mentiras” eso es lo que somos y lo gritamos al mundo sin darnos cuenta que sin ese “sustento” donde quedamos nosotros; los hijos se van, las parejas cambian, atraemos las mentiras y en ocasiones creemos que Dios nos falla.

 

¿En que se sustenta nuestra existencia?

Así como los edificios, nosotros también tenemos pilares o columnas que nos permiten crecer; es lo que nos sostienen en momentos difíciles y nos elevan cuando aprendemos; estos no son físicos y no se ven, pero se sienten; los podemos fortalecer y lo mejor es que los podemos cambiar cuando nos damos cuenta que ese pequeño tablón que nos sustenta ya cumplió su misión.    ¿Llego el tiempo de cambiar tus pilares?

No te daré el consejo que no me has pedido, por eso te compartiré los tres pilares que hoy son mi base para seguir creciendo; puede que mañana los ajuste, mas no creo que los cambie, ya que en ellos reposa mi SER.   Los puedes usar solo como referencia o guía, pero debes buscar dentro de ti para encontrar aquellos que respondan a tu sentir sin generarte dolor o incomodidad.

 

AMOR propio, APOYO a los demás y PAZ interior.

En el proceso de crecer descubrimos que somos únicos e irrepetibles; se llega a esta verdad luego de perdonar todo lo que nos dijeron desde chicos:  Se valiente, no llores, estudia, ten hijos, lucha y se alguien en la vida…   Pero nunca nos enseñaron a AMARNOS a nosotros mismo, conocernos mejor que nadie y vivir desde dentro; este cambio de mentalidad es la puerta de entrada al mundo del SER, donde no hay criticas que te afecten, el silencio y la escucha activa son tu mejor respuesta o cuando al hablar o pensar reconoces la voz de tu ego y aprendes a callarlo.

Así florece el amor propio, el cual se cultiva desde que despertamos con un GRACIAS al disfrutar del día, aunque este lloviendo.   Por esto te propongo algunos ejemplos que de seguro serán de utilidad para que seas el agricultor de tu propio ser y veas florecer tu jardín interno del amor.

Calistenia mental del Amor Propio

La palabra calistenia proviene del griego kalos (belleza) y sthenos (fortaleza). 

Cree en ti: Alguna vez te han explicado que significa creer: Considerar una cosa como posible o probable, sin llegar a tener una certeza absoluta de ello” pues hay que desarrollar la certeza que existimos y que somos SERES únicos, es fundamental en todo esto y aun cuando hayas escuchado “quien te va a amar si tu no te amas” lo cual es común, hay que profundizar mas en esto, dado que todos vinimos a este mundo para cumplir una misión, misma que a lo largo del camino nos la ocultan (Tema que tocare en otro artículo), pero ahí está, solo debes creer en ti para descubrirla.

Escucha con atención: En la escuela nos enseñan a escuchar, en casa los regaños o consejos de mamá son parte de esa enseñanza, pero cuando pasa el tiempo la conciencia nos permite ESCUCHAR el mensaje que entre líneas nos querían decir y justo ahí está otra clave; hay que SER mas conscientes de vivir el hoy, escuchando y leyendo desde el sentir, no desde el ego los mensajes que nos dice el corazón.     Que siente tu corazón cuando pasa algo, no tu mente, tu corazón.

Meditar no es una moda: Hay distintas maneras de meditar y aclaro, una cosa es hacer yoga y otra es meditar…   No necesitas tomar un curso, ya que meditar es llegar a ESTAR con uno mismo, adentrarse con calma a nuestro propio Ser, es estar en silencio, el silencio de la mente, ese que nos permite regresar a ese momento espacio tiempo donde algo nos paso y soltar ese nudo que atado al corazón sigue causando dolor.

Perdonar y soltar: Ya hemos hablado de esto, pero cuando perdonas desde el amor, aligeras la carga emocional que te enferma, impide avanzar y te lleva a ponerte una mascara tras otra, para así tapar lo que realmente sientes y te impide amarte, amar tu ser, tu cuerpo, tu mente, tu alma.

 

TODO A SU TIEMPO

Cada proceso es diferente, lo vivirás a tu tiempo y a tu manera, recuerda que esto es solo una propuesta, por lo que te recomiendo tomar uno de estos puntos a la vez; explorarlo y divertirte sin juicios para entenderlo, interiorizarlo y aceptarlo; no es obligatorio o una lección para hacer un examen, es solo un acto de amor para ti, ve sin prisa y con calma por tu camino, disfruta cada descubrimiento, sorprendente y si te dan ganas de llorar, pues llora que carajo; es tu vida, son tus emociones, eres tú.

Te doy la bienvenida a tu amor propio.

Abdiel Barranco C.

PD. Tocaremos cada pilar por separado.


jueves, 11 de junio de 2020

Mirando el sol y la luna.

En ocasiones vienen a la mente frases o te dan consejos que en la mayoría de las ocasiones desatendemos o simplemente no los entendemos.  Esas son las señales de tránsito en la autopista de la vida, semáforos en amarillo que nos ADVIERTEN o consejos que nos dicen por nuestro bien.   Así andamos por la vida haciendo caso omiso al instinto, a nuestro propio ser y luego nos arrepentimos de las cagadas que nos pasan o que LA VIDA nos pone.     OJO: La vida no es culpable de nada.

Por esto, cada gran avance que hagamos para mejorar desde nuestro interior es una milla ganada para superar montañas escarpadas o valles oscuros. Lo importante es seguir avanzando luego de sanar todas aquellas heridas del pasado que atrás debemos dejar…  Una vez superadas aprendes a conducir mejor, evitando caer en el mismo hueco dos veces.

PERO SOMOS TERCOS. 

Cuando solo hemos cambiado el color de nuestro vehículo, de carril o inclusive, tomado el tiempo necesario para recargar la batería, damos la oportunidad a una nueva pareja de convertirse en un gran maestro, cuando entendemos desde el amor que vienen a nosotros para enseñarnos una nueva lección en este camino del crecer, no para herirnos.    Sí, las parejas enseñan desde la belleza de una sonrisa, hasta el vacío cuando se pierde la admiración.

Justo por lo que generamos desde nuestro interior todo ese dolor y frustración por no entender aquel “Te amo” que se transformó en olvido, desinterés y frialdad.    Y así arrancamos otra relación sin sanar, ocultando otro hilo atado al corazón, tapando sentimientos, mintiéndonos a nosotros mismos, o como hacen en los talleres de pintura automotriz, poniendo plastobón para cubrir el golpe y que por fuera todo se vea bonito, como si nada hubiera pasado.

Así, desde nuestras propias carencias, atraemos a seres que igualmente no han cortado sus hilos; esta es la manera como se junta un roto con un descocido, repitiendo la misma historia una vez más.

 

HASTA QUE LLEGA UN GRAN MAESTRO.

Ni la muerte es más grande que el amor, por eso cuando se logra entender que AMAR no tiene nada que ver con otra persona, sino con uno mismo, es cuando toda esa masa que tapó las viejas heridas se empieza a caer.  Los hilos atados al corazón se rompen y los recuerdos dejan de doler.  Ahí es cuando atraes la luz a tu vida, empiezas a brillar por ti mismo/a y vuelves a creer en ti; en ese momento, sí, en ese momento estás listo/a para iniciar otra lección.

Llámale destino, suerte o DIOSIDAD, pero cuando dos almas libres se cruzan hay atracción, interés, reciprocidad, etc. la paciencia puede más que las hormonas, la amistad predomina, las calenturas se aquietan y empiezas a sentir más que a pensar.    Sientes que estás viviendo el momento más increíble de tu vida y en ese momento aparece una señal “No lo entregues todo”.  

Vez la primera luz amarilla y dices “Ya superé a mi ex, desde hace un año lo nuestro estaba muerto”. Ese es el primer mensaje del ego, el cual te enfoca en un futuro maravilloso con esta nueva persona, que obviamente te hace sentir bien, te entiende, sientes su apoyo y cómo cada una de sus palabras es un bálsamo que sana las viejas heridas. Sientes que hasta compartir una galleta es lo más maravilloso y... sí, vuelves a creer en el amor.

Es inevitable no enamorarse; ¡carajo! sí que es rico sentirse pleno, verse al espejo en los ojos del otro, sentir la paz en cada una de sus acciones y palabras, es flotar en un remanso tranquilo donde pierdes miedos y poco a poco se vuelve a florecer y luego de semanas o meses llega ese encuentro maravilloso, donde hasta el clima conspira para que todo sea perfecto.   No es sexo, en hacer el amor: no hay desgaste, más bien, un recargar de la más plena energía, donde sientes con el corazón, no con la piel. No hay pena por nada, no nos juzgan, ni juzgamos al otro. Es la aceptación del SER que está enfrente. Somos nosotros encarnados en otra alma.

Así surgen planes, se sueña despierto, se comparten secretos íntimos, deseos ocultos, sueltas mitos, derribas creencias y empiezas a ver tu mundo de otra manera. Reconoces en esa persona un ser maravilloso que te vino a enseñar, a compartir y a crecer junto a ti; te entregas y saltas desde la cima del Ángel, con una mano en el corazón y la otra aferrada a ese ser que su propio plan de vuelo tiene y tu no estás en su radar.  Vuelves y verificas tu mapa dándote cuenta que el plan, es que no hay plan para ti.

En esa caída libre te sueltas del todo, estás por la libre y tomando un gran respiro, dices adiós, miras sus ojos por última vez y de corazón agradeces cada momento que desde el amor vivieron. No hay lágrimas, dolor, miedo, ausencia. Más bien hay plenitud, el más transparente aprecio por cada enseñanza.  En ese momento miras al horizonte donde el naranja del sol se mezcla prístino con el dorado de la luna, que con su encanto te mira, dándote la bienvenida a una noche diferente.

Cada final es único, pero cuando estás listo para quitar una capa más de la cebolla, logras entender el Amor, el Desapego y superas la cuarentena, captando la energía de la vida, aceptando que debes ver fuera de la caja, luego de chapistear el corazón para así recargarlo y finalmente perdonar, limpiar y sanar. Es porque estás listo para mirar el sol y la luna dentro de ti, sin sentir miedo de todo lo que la vida tendrá para ti.

 

RESPIRA, RESPIRA, RESPIRA…

La vida, esta maravillosa vida es para los valientes, aquellos que nos atrevemos a cuestionar desde Dios hasta todo lo que esté bajo su maravillosa luz sin miedos, atreviéndonos a SER, crecer y hacer, entendiendo que el camino a la felicidad es una espiral hacia nuestro propio interior y cultivando la trilogía perfecta entre la paz, el amor propio y el ayudar a los demás. Ese es el camino por recorrer cuando tomas la decisión de crecer desde el SER.  

Así de maravilloso es vivir en el amor propio.

¿Me acompañas?

 

Abdiel Barranco C.


martes, 9 de junio de 2020

Perdona, limpia y sana.

Hace un tiempo una amiga me dijo “no es fácil perdonar”.  Su comentario me hizo recordar una aleccionadora historia de una mujer y el asesino de su esposo. La escena fue grabada en Ruanda con Morgan Freeman de interlocutor y éste preguntó “¿Cómo puede estar sentada al lado del asesino de su esposo?” y ella respondió “Simplemente entendí que tenía que perdonarlo”.  

En ocasiones sentimos que una mentira, engaño o falsa promesa es suficiente para mantener el odio hacia la persona que en ese momento hizo algo que quedó grabado en nuestro corazón. Por lo que me surgió una pregunta ¿Nos tatuamos el dolor en el corazón o solamente adherimos ese dolor con pegamento?

El tatuaje se impregna en nuestras fibras, por lo que es más complicado de borrar.  Aun cuando creo que con dedicación se puede eliminar, pero si ese momento doloroso está adherido sólo con goma, el camino al perdón el mucho más fácil. 

No son las acciones, es cómo las recordamos.

El dolor es parte importante del crecimiento humano, es inherente a él. Es lo que hace imposible crecer con la misma ropa o zapatos de la infancia, ya que cuando algo te queda CHICO es mejor cambiarlo. Hay que quitarlo para poder seguir creciendo en libertad.   Ya sea en el amor, la amistad, familia o en lo laboral, siempre enfrentaremos situaciones en donde desprendernos de eso que se nos queda chico es necesario, aunque duela.

Por esto, cuando escucho “No es fácil perdonar”, entiendo que la satisfacción que le genera el dolor a esa persona le impide ver no sólo fuera de su caja mental, sino que también limita al corazón a no cambiar, crecer o mejorar.  No le permite volver a brillar y por eso vemos solamente máscaras de “belleza y felicidad” con interiores desgarrados, enfermos y tristes.

Es hora de PERDONAR.

En cada nuevo día volvemos a nacer, es tu decisión iniciarlo con una sonrisa o con ese dolor que no te deja vivir. Te contaré mi historia y sus consecuencias.

Un día desperté a eso de las 5:00 a.m. Las aves ya estaban cantando como siempre y en ese momento algo me dijo “Mantén tus ojos cerrados”.  Respiré profundo con mis manos en el pecho, volví a enfocarme en mí. Sentía que estaba arropado por sábanas blancas y percibí mi entorno completamente luminoso.  Empecé a meditar manteniendo clara mi mente, mis pensamientos.

Me dije a mí mismo: -hoy será un buen día-, y me dejé llevar en el tiempo, siendo cada vez más consciente de cada parte de mi cuerpo. Recordé algo que había escuchado sobre la sanación consciente. Empecé a comunicarme con mi intestino grueso, pude verle por dentro, sin ver nada extraño.  Le pedí perdón e hice las paces con él.

Así fui y vine entre la consciencia y la inconsciencia hasta que me levanté, tomé medio vaso de agua y me dirigí al baño. Como usualmente lo hago; empecé a orinar y sentí las ganas de sentarme, por lo que así fue.  No paso un minuto, cuando de mi empezó a salir líquido y en ese momento entendí que estaba empezando a sanar, agradecí y pedí perdón a mi cuerpo por todo aquello que le hizo daño. Fui honesto y sincero conmigo mismo, siempre con los ojos cerrados y con el cuerpo relajado.

Terminé y aún con los ojos cerrados entré a la ducha.   En todo proceso de sanación, hay que limpiar el alma con agua, dejando fluir todo aquello que mi alma quería que soltara, dejara libre o cerrara ciclos, en eso vino a mí la palabra perdón…   Desde mi madre, padre, hija, hermanos, parejas, maestros, amigos, jefes y compañeros de trabajo, a todos y por separado les pedí perdón… y perdoné.

En ese momento, justo antes de secarme vinieron a mí tres palabras: Perdona, limpia y sana.

Lo increíble de esto fue cuando al pasar la toalla por mis hombros, mi piel se empezó a soltar, una señal más de estar liberándome de lo viejo, de esa piel que se me quedó chica, ya que aun sigo creciendo.

Fluye como el agua.

Si tú tienes algo que sanar, también llegará tu momento, por eso estas aquí, ahora…   Puede que esta sea otra lectura más, pero si en algo te ayudó, si resonó en ti, aunque sea una fracción de lo que leíste, es que estas palabras son para ti.   No soy un gurú, tampoco un psicólogo o doctor en nada. Soy un ser que escribe lo que siente y lo que está viviendo en esta parte de la ruta de mi vida.  Estoy descubriendo y compartiendo aquello que me nace compartir.

Con esto cierro el ciclo del perdón y el corazón, ya es hora de salir del taller del SER y vivir la vida, con todo lo bueno que vendrá.

 

Abdiel Barranco C.

PD. En el camino iremos arreglando el exterior, nuestra carrocería.