Desde niño nos enseñan a temerle a la palabra Dios “No uses su nombre en vano” nos dicen y la verdad es que Dios no es una palabra, una imagen o una religión, para mi es un sentimiento profundo que me acompaña en todo momento y decisión; puede que para ti sea errónea mi apreciación, lo cual respeto, pero partiendo desde ese mismo principio, hoy te describiré al hombre que veo al espejo, al cual acepte como un Dios.
Mi intención con esto que leerás no es cambiar tu opinión o creencia al
respecto, es solo la manera de explicarte que hay otras formas de creer en
algo, de sentirlo y actuar en bien de todos, no solo en mi propio beneficio,
que es a donde nos ha llevado la sociedad al separarnos con la excusa de “protegernos”
con un manto de egos y miedos, que un día a la vez nos aleja de la verdadera
esencia del SER.
Mi historia con Dios
Nací y me crié en un hogar católico, el mismo viaje a misa todos los domingos;
en ocasiones obligado, otras veces por voluntad propia pero siempre escuchando
sin cuestionar que el Sr. que estaba clavado en la cruz era mi Dios; ese ser al
cual no me enseñaron a escuchar y mucho menos a sentir. Las lecciones mas bien eran de tipo
punitivas “No hagas esto que Dios te castigará” “No digas lo otro que
a Dios no le gustará” así fue como aprendí que Dios era un ser que todo lo
castigaba.
Llegada mi mayoría de edad me divorcie de la iglesia, de Dios, de todo
aquel cuento que, para mí, era igual que el cuento de la caperucita roja. Iba a misa igualmente obligado, no repetía ninguna
oración, me paraba y sentaba como todos los demás, sin sentir nada.
Los años pasaron y en tres ocasiones recibí mensajes que sentí y agradecí. El primero muy cercano a ahogarme cruzando un
río luego de ser rescatado, otra donde estando solo me desorienté en medio de una
montaña rodeado de niebla, finalmente una donde ALGO me dijo “No saltes al
agua”, en medio de un mar embravecido.
Estas experiencias me llevaron a SENTIR por primera vez algo
que no me habían enseñado en ningún libro o lugar.
A su imagen y semejanza.
Así dice una frase que me reconfirma
con certeza que DIOS no me concibió para ser uno más del montón, soy la oveja
disruptiva del rebaño, ÉL también lo fue y fue criticado, muchos le escucharon
otros no, le escupieron la cara y fue traicionado, aun así se hizo luz y hoy
hay quienes creen en estatuas y libros, mientras que otros lo vivimos
pregonando y ayudando al prójimo sin esperar nada a cambio, llevando una pesada
carga, la cual es una misión que hace años me dio, cual Noé al crear su Arcka.
Cada uno lleva a cuestas su
misión, unos lo ven desde lo material basados en el EGO del tener, otros en el
silencio y obediencia incuestionable, pero para mi los verdaderos afortunados
somos quienes con pasión soltamos las redes y tomamos el camino del crecimiento
personal, para ayudarnos a creer en nosotros mismos y así ayudar a los demás.
¿Estas preparado?
Ser hombre es demostrar que se
tienen pantalones, pero crecer en el sendero que te conduce a ser un DIOS es
otra cosa, por ende, acá algunos consejos de mi aprendizaje en ese camino a la
divinidad.
Aprende a perdonar
Nadie nos engaña, somos nosotros
mismos quienes nos quedamos donde estamos, aguantando, mintiéndonos, reduciéndonos… Ahí es donde se pierde el amor propio, ya
que: ¿Dónde está el amor, donde no hay respeto o admiración? Perdónate y perdona de corazón a quienes
fueron maestros/as desde el dolor, la mentira o lo injusto. Perdonar es sanarnos, es crecer.
Vive sin miedos
Donde dice que debes temerle a
Dios, el Dios que yo conozco me enseña en los aciertos y en los errores por
medio de personas, acciones o respuestas inexplicables. ACEPTA cada cosa que pase como algo que te
aportará conocimiento, entendiendo también que tropezamos dos, tres o muchas veces
con la misma piedra, para así aprender la lección.
De amor y
desapego
Joder, esta si que es una lección
interesante. Nuestros padres en su sabiduría
nos criaron metidos en una caja mental, esta se viene replicando por
generaciones. Ahora te llego el momento de salir de la caja
de CREENCIAS LIMITANTES entendiendo que amar no es poseer, no es
entregarlo TODO, no es reducir tu ser o reducir a otro ser. Amar es vivir en la libertad de aceptar las
diferencias, dejando de juzgar, cultivándonos a nosotros mismos para ser
mejores personas y así ayudar a nuestra pareja a que se cultive y ambos crecer
desde su propio SER, para entonces compartirnos en el amor.
¿La felicidad
del tener?
He ido labrando mi camino, he
tenido lo que he querido, pero ni el viaje mas costoso, el reloj mas fino o el
carro mas grande me llevaron a tener PAZ, esta la he descubierto en las cosas sencillas
de la vida como un abrazo, en la conversación con los amigos, en decirle a mi hija,
a mi madre o a mi padre cuanto los amo y de corazón; en darte un abrazo de luz,
ese que no necesita que nos veamos para que lo sientas, esa ha sido mi
verdadera felicidad. ILU Mo.
Dime tu si esto no es ser un DIOS
En esencia lo que ÉL nos vino a enseñar es a amarnos a nosotros
mismos, a crecer desde adentro, en vivir como él vivió, sin lujos, pero con propósito,
con entrega y sin sacrificio, ya que cuando haces lo que realmente te gusta y apasiona,
no es un trabajo, sino una misión que se disfruta.
En fin, puede que te parezca
exagerado, blasfemos o crecido lo que yo siento, pero la verdad es que es mi
sentir, ni tu ni nadie me podrá quitar el mismo, así como espero que nadie, ni
yo te pueda quitar lo que tu crees. Si
para ti tu estilo de vida sigue los patrones o preceptos de tu Dios, te
felicito y espero que sigas así.
Yo seré feliz si tu eres feliz,
pero si aquello que haces o vives no te hace feliz, ni te conduce a la PAZ,
solo te puedo sugerir que busques al Dios que vive dentro de ti.
Te quiero.
Abdiel Barranco
C.

La razón de existir, tener vida, respirar un aire que es gratuito es más que suficiente para agradecer a dios por tenernos con vida, estamos de paso en este mundo, miles de millones han muerto desde el mismo inicio de la tierra, muchos se esfuerzan en buscar la perfección en lo material en esta tierra y no saben que la perfección no se alcanza en esta vida, sino en la otra que sigue después de nuestra muerte física, lo material núnca lo llevaremos, aquí se queda, entonces debemos procurar hacer el bien al prójimo, ser buenos padres, buenos hijos, quizás nos recuerden, quizás no, pero como humanos debemos procurar vivir con buenas costumbres y moral, las lecciones aprendidas de la vida, nos harán fuertes para seguir adelante.
ResponderEliminarGracias
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