Me senté frente a la computadora, con un TAZÓN de cereales de varias marcas y sabores, que estaban por vencerse en la alacena de la casa de mi madre, por lo que me vino a la mente el escribir sobre mi experiencia, al regresar a su casa, luego de 25 años de dejar el nido y vivir mi vida, experiencias, tener una hermosa hija y llevar tatuadas varias experiencias en el corazón.
Por lo que esta será una experiencia muy personal,
tomando en cuenta que Aprender, en ocasiones implica apreciar desde las gradas,
lo que pasa en el tabloncillo de la vida, de esos seres maravillosos que amamos… Nuestros padres.
Es así como te doy la bienvenida a mi retorno, a casa
de mi madre y también a la tierra de mi infancia.
UN RETORNO LIGERO
En marzo de 1997, con 24 años tomé la decisión de irme a la
capital, esa ciudad que me era familiar, ya que en vacaciones de verano siempre
íbamos a casa de mis tíos, por lo que, con los chicos de la barriada aprendí
la jerga, el tiempo y hasta el estilo de los “capitalinos”; empecé a ganarme la
vida siendo asistente de producción en dos casas productoras de comerciales,
donde hice amigos que hasta el sol de hoy conservo.
Los años pasaron y una noche, mi hermana, con la que compartía
habitación en un pequeño apartamento que alquilábamos, me dice llorando “extraño a los chiquillos” haciendo referencia
a mis sobrinos, a lo que le dije “Yo al salir de casa, me hice una promesa y
fue no regresar a vivir a la provincia, así que tranquila, que todo estará bien”.
Definitivamente el universo siempre escucha y cumple
lo que pides, de una forma u otra, así que luego de los años pandémicos, superar
el cierre de mi negocio, perder mi apartamento y emprender nuevamente de “0” como
Guía Emocional; no me quedo de otra que meter el rabo entre las patas y hacer
caso al ofrecimiento de mi madre “Acá esta tu casa, puedes venir cuando
quieras”.
Y sí, mi mudanza cupo en un 85% en mi carro,
trasladando solo la nevera, la lavadora, mi colchón y unas cajas en un camión
aparte. Bien ligero y para la próxima,
será solo con una mochila.
EL PRIMER MES
Reconozco que, al vender mi última moto, de tres que
tuve, fue lo que me dio el capital para hacer el viaje y cubrir otros
pendientes, PERO al llegar a casa de mamá, me dije “Si
mi madre está bien, yo estaré bien” así que invertí en cambiar
varias cosas; fue como una competencia por arreglar, solucionar, limpiar, ordenar,
etc. LECCIÓN #1.
Antes de hacer cualquier cambio, modificación o ajuste
en casa ajena, PIDE PERMISO. Mi madre,
una mujer independiente de casi 79 años, lleva su vida a su manera, relax, sin mayores
preocupaciones, por lo que fui yo, quien llego a alterar su paz, su espacio,
sus tiempos, etc. NO
pretendas cambiar sus rutinas y más, si estas le generan tranquilidad.
Ahí la vida me puso un STOP, con diarrea y vomito, bajando
a tierra, para con humildad, reconocer que no debía alterar nada, sin que ella
se sintiera cómoda, así que aprendí a preguntar, antes de cambiar, repitiéndome
una y otra vez “Esta es su casa, esta es su casa”.
Ahí me detuve, como siempre le digo a mis clientes y empecé
a OBSERVAR tanto afuera, como adentro, para reconocer mis sentimientos, con
relación a TODO lo que estaba viviendo y que estaba aprendiendo y dije “claro,
este retorno es para algo”.
SEGUNDO MES
Afortunadamente, mi madre y yo hemos sido cómplices en
la alimentación, la libertad, lo parlanchines, el disfrutar de las pequeñas
cosas de la vida, etc. por lo que, con esporádicos paseítos a la playa, visitar
familiares y también a sus amistades, empecé a darme cuenta que La Wonder
Woman que mi madre siempre ha sido para mí, ya está cansada, por lo que
vestir santos (ES LITERAL), así como tejer, hacer el rosario virtual y dormirse
en el sofá de la sala, son parte de su rutina de felicidad, cuando no hace
calor…
Por lo que me toco adaptarme a oír las liturgias y
escuchar de lejitos, los videos de sus youtuber´s preferidos, hasta que un día… “La probabilidades
de que se dé un terremoto son altas, así que Nicaragua, El Salvador y Guatemala
que se preparen”… Ese día me colmé del tipo alarmista, hijo de
Nostradamus, que cautiva a sus seguidores inyectándoles miedo a chorro y le
dije “Ese tipo si habla paja” segundos después, me entro un sentimiento
maluco, al juzgar sus gustos, dándome cuenta de que si eso le gusta o
entretiene, quién coño soy yo para cambiarle sus gustos?
LECCIÓN #2 tus gustos o
preferencias, no tienen que ser las de tus padres, ellos hacen su vida al
margen de lo que tu consideras necesario o importante… Tal vez para ti el tener un reloj, para levantarte
temprano sea super importante, pues para ellos la hora es solo para saber a qué
hora se levantaron a mear o saber lo poco que durmieron. Y otra cosa, si quieren estar en cama, hasta
medio día, NO JODAS con “Es que no hace nada y se levanta a medio día” Eyy, bastante hicieron en los años que jodimos cuando éramos niños y se
desvelaron cuando éramos “Adultos” como para exigirles que ahora sigan tu rutina
mañanera.
TERCER MES
Al estar nosotros (Los hijos), en etapa productiva,
significa que al menos nos quedan unos 20 años, para hacer y deshacer, por lo
que tenemos o deseamos salir de su casa, para distraernos o cumplir con temas
laborales, etc. IMPORTANTE, los adultos
se adaptan rápido a la presencia y compañía, por lo que, si tienes un viaje
programado, aunque sea para ir a la tienda, INFORMA con tiempo y las veces que
sea necesario, para así no generar ansiedad o incomodidad. LECCIÓN #3 Habla
y escucha a tus viejos, pregúntales sobre su pasado, conoce por boca de ellos,
la historia de tus abuelos; sus miedos, alegrías, frustraciones y en la medida
de lo posible, ofrece nuevas experiencias o conocimientos.
Los padres o por lo menos los míos, han estado al 100%
para mi siempre, aunque es entendible que haya temas que puedan ser complicados
de tocar, como la muerte, los accidentes, la enfermedad o todo aquello que nos
venga a la mente, cuando los años les empiezan a pesar, por lo que aquí la LECCIÓN #4
Si tus padres tienen plena consciencia de sus actos y
pensamientos, NO LES OBLIGUES a nada que no quieran, aun cuando por miedo, tu
creas que es por su bien. Ellos ya
han recorrido su camino y no le tienen miedo a morir, somos nosotros, quienes le
tenemos miedo a su trascendencia, por lo que les impedimos VIVIR. Aprende de esa actitud, certeza y tranquilidad
al disfrutar su vida, con lo mucho o poco que tengan o hagan.
EL TIEMPO QUE VENGA…
Demos gracias si tenemos a nuestros padres vivos y si
están sanos, más aun, ya que eso es una bendición, sino pregunta entre tus
amigos, como se sienten al no poder abrazar, aunque sea por ultima vez a sus
viejos o tal vez si no les pidieron perdón u hoy sienten que no dijeron TE AMO
lo suficiente a sus padres que ya no están…
“Es que mis padres me hicieron mucho daño”
pues perdónales, ya que desde sus posibilidades te dieron lo que tenían para
darte, ahora tu eres el adulto y ellos, más frágiles con cada año, son como tus
hijos.
Ámalos, cuídales y hazles pasar los mejores años de su
vida, sin preocupaciones… Ya que mañana
puede que no estén aquí o tal vez, seas tu quien se vaya a recorrer el otro patio.
Paz y Amor
Abdiel Barranco C.
PD. Gracias madre por todo tu amor, paciencia y
regaños.







