MAESTROS DE VIDA

 

En mi vida he conocido a todo tipo de personajes, desde drogadictos perdidos en la nebulosa de Orión a sacerdotes salidos del tiesto, también empresarios inescrupulosos o seres llenos de bondad, inclusive soñadores que VIVEN al límite o personas normales como tú que me leen…   Todas y cada una de estas personas y muchas más, creían o creen en algo o tal vez en muchas cosas, teniendo opiniones muy marcadas o inflexibles, según el tema a tratar.

Lo cierto, es que TODOS creemos en eso que aprendimos, nos enseñaron o descubrimos.

Y sí, creer más que una necesidad básica, es el cable a tierra de esta supuesta realidad, en la que vivimos, por lo que CREER es los único que nos queda, para no salir flotando hacia el vacío mental, mientras sigamos, día a día, Aprendiendo.

Por esto, MAESTRO o MAESTRA somos todos, cuando realmente observamos y escuchamos, para creer o dejar de creer..

 

LAS ENSEÑANZAS DE AMADO

A mediados de los 80´s tuve la oportunidad de conocer a todo un personaje; él, un hombre de contextura delgada y bajito, de nariz llamativa y fumar constante, llevaba por nombre Amado…   Para mí, él era el hombre del clima; en su haber, la agricultura le había dado unas manos rusticas, con uñas largas y sucias; de apariencia campesina, PERO con un don de observación y sensibilidad atmosférica tan fina que, para su contexto laboral o social, era como una estación meteorológica con pies.

Amado era de poco hablar, pero con solo preguntarle sobre el clima o cuando sembrar X o Y cultivo, su respuesta era puntual y exacta…   Diferenciaba entre si vendría una leve lluvia, un torrencial aguacero, un rápido chubasco o bajareque, como se le conoce en la tierra Boqueteña o sí sería un verano largo. 

De mi entender, él no termino la escuela primaria, dedico su vida a la agricultura, al beber y fumar parejo; no se si creía en Dios o en alguna otra deidad, ya que nunca le escuche hablar de otra cosa que no fueran plantas, cultivos y el clima, siempre acompañado de su buena compañera, su pachita de seco.  Él me enseñó a no juzgar el saber del hombre de campo.

Amado trascendió sin pena, ni gloria…   Por eso hoy honro lo que me enseño, sin él darse cuenta.

 

DESDE EL PROFUNDO MAR

También tengo una amiga, ella toda una profesional, ha viajado por el mundo sola o acompañada, detrás de la felicidad que le da, el sumergirse en aguas cada vez más profundas y lejanas, de día y de noche, enfrentando tiburones y enormes mantarrayas, sintiéndose tan a salvo o mejor dicho, como en casa.

Su forma de Ser, es sencilla, sin ostentación, pero directa y sincera…   De su pasado, pues muchas cosas me ha contado, pero ahí de la mano, esta la creencia en si misma, en ir año a año, alcanzando mayor profundidad en su SENTIR, por aquello que ama, también por lo que le duele y molesta; pero aun así, con una tímida pero hermosa sonrisa; como si de un ángel se tratara, sé que también lleva a cuesta sus demonios.

En sus fotos, unas divertidas y otras pensativas, está la esencia de su Ser; ni mística, ni creyente, tal vez en el equilibrio justo entre el oxigeno que es vida y la profundidad que nos ahoga; Sirena de los siete mares que, en su tanque y regulador, cuelga el deseo de vivir en el profundo mar, en donde solo los peces y crustáceos le acompañen.

Ahí donde es feliz, me ha enseñado que no hay sueño imposible, aun cuando este rodeada de tiburones.

 

DE LA DEPRESIÓN Y EL DESANIMO

“Abdiel, yo vivo con depresión” me han dicho en dos ocasiones; para mi toda una sorpresa, dado que cuando estoy con una amistad, es MI AMIGO…   Estos seres maravillosos, llenos de una constante conversación mental, me han enseñado a ver una realidad que muchos ocultan por pena, miedo al rechazo o estigma…   Y no les culpo, dado que estar sumergido en un constante ir y venir de pensamientos, no es un tema que se pueda Aceptar o Entender de la noche a la mañana.

Es más, puede que todos nosotros, los “normales” hayamos pasado por un estado de desanimo, sin darnos cuenta que es pasajero, pues para ellos no es así, son años de esporádicos momentos de “Felicidad” y profundos valles en donde no saben ni donde están parados o con un llorar constante, mientras que el solo hecho de pedir ayuda, es un muro ALTO a cruzar, si es que tienen ánimos de ver el muro.

De ahí, las consultas psiquiátricas, múltiples medicamentos, el sentirse solos, sin ganas de hablar y mucho menos dar explicaciones, se convierte en su normalidad, aunque tal vez esto que describo se quede corto o tal vez exagerado, según el caso; lo cierto, es que ellos me han enseñado a escucharles y amarles, viendo como JUZGAMOS al que piensa, vive o siente diferente a nosotros.

Les amo.

DE LA ILUSIÓN A LO PRESENTE

Por las historias anteriores y muchas otras, es que escribo, comparto o expongo lo que Aprendo, sintiendo que la película de mi vida, tiene un guion cada vez más interesante y profundo (Un por qué o Para qué) por lo que estoy aprendiendo a escuchar desde el Alma, cuando desde mi propio parloteo mental, cuadrado y estructurado, emanan juicios y “verdades”.

Ahí es cuando hago silencio, escucho, observo y analizo, dado que TODOS estamos equivocados y también en lo correcto, ya que quién puede tener la razón, mas allá de sus límites mentales.   

Esto no es más que un gran muro de realidad, el cual me detuvo en seco, tomando en cuenta que para mi y mi Sentir, no hay nada mejor que VIVIR y dejar vivir, sin imponer criterios personales, dado que no hay verdad absoluta; EXISTE el compartir de lo aprendido, pero cada uno, en su proceso y tiempo, es dueño de sus ganas de creer, aprender o expresarse, siendo eternos Aprendices o esporádicos Maestros, de quienes deseen aprender.    

Es así como Doy Gracias a cada uno de mis Grandes Maestros, TODOS Doctores en la vida, con el conocimiento o desconocimiento de lo propio, lo individual o colectivo; lo que me hizo entender que por muy estudiados que seamos en X o Y materia, es imposible tener la razón en todo, e inclusive, no me apena ser ignorante en tantas cosas, por lo que día a día trato de aprender un poquito más, para ignorar menos.

Aprendo no para coleccionar papeles, sino para compartir lo que aprendo.

 

Abdiel Barranco C.

La Aventura de VIVIR.