domingo, 8 de agosto de 2021

LO QUE MI AMANTE ME ENSEÑO

 


El tiempo pasa, los hijos crecen y salen del nido, la soledad acompañada golpea fuerte y en algún momento me llego la llamada para recuperar la razón y mis ganas por VIVIR, más cuando ya no dormíamos juntos, cualquier tema se convertía en un problema y en mi interior algo me decía “Esta no es la vida que quiero seguir viviendo”.

Así los años siguieron pasando, por lo que decidí tomar mi vida por los cuernos y empecé, hebra a hebra, a cortar ese vinculo que desde muy joven me encerró en una “jaula de oro”, mientras me inventaba excusas fantasiosas, para que mis hijos, familiares y amistades no supieran lo que yo vivía, por lo que me hundí mas en mi soledad, con muy pocos momentos agradables, gracias a mis hijos.

Así empecé a salir sin pedir permiso o preguntar si podía ir a “X o Y” lugar; al inicio me sentía confundida, ya que solo salía con él, ambos callados o como siempre, discutiendo porque el taxista no había puesto las direccionales y casi nos chocamos…   Como si pelear en casa no fuera suficiente.

Mi mejor amiga, con una situación similares en su casa, basada en sus creencias religiosas me decía “Amiga, recuerda que es hasta que la muerte nos separe” por lo que yo me preguntaba si Dios era tan cabrón de hacernos eso, ya que si bien es cierto que nadie dice que el matrimonio es color de rosas, tampoco es para que sea una cárcel de mierda.

Mi historia y no por hacerme la víctima, es la de una mujer de familia sencilla; por inexperiencia caí ante sus palabras, allá cuando apenas tenía veinte años, con sueños de ser secretaria en un buffete de abogados, que era lo típico que nos imponían a las mujeres a inicios de los 80´s; me casé virgen, sin conocer la ciudad, los carnavales y ni idea de lo que era la sexualidad, ya que en mi casa nunca se habló de eso.

Así fue mi vida, pero hoy que veo la película en reversa, he aprendido a perdonarme y aceptar que todo eso ha sido de ayuda, para disfrutar de mi vida, como yo decida y sin pena o arrepentimiento en mi PRESENTE.


Un día, gracias a la invitación de una conocida, asistí a un conversatorio que me resulto interesante, en donde se hablaba de amor propio, auto estima, superación personal y del como superar las heridas del pasado.   Antes para mi esos temas no eran de interés, ya que decía que mi vida, con todo aquello, era lo que me había tocado y que nadie me podría enseñar a vivir mi vida.

Jaaaa, que equivocada estaba.    Ahí entre mujeres mayores y menores que yo, también había caballeros, desde jóvenes profesionales a hombres ya maduros, pero uno en particular llamo mi atención y al parecer se dio cuenta, por lo que muy sutilmente se acerco y dijo algo tonto que me hizo reír; la verdad sentí algo extraño en mi vientre y no se si estaba nerviosa o sonrojada, pero no sentí miedo o acoso de su parte, ya que transpiraba paz.

Sí, lo reconozco, hablamos largo y tendido luego de la charla; luego al estar a solas en mi cuarto, recordaba sus palabras “Una vez despiertes, no habrá vuelta atrás” esto me dejo curiosa, por lo que unos días después y muy disimuladamente le escribe al whatsapp un “Hola, soy yo” al ver que no hubo respuesta inmediatamente, me llene de ansias y borre el chat “Que estúpida soy, cómo un hombre joven como el se va a fijar en mi”   Para mi sorpresa, en la noche me respondió (Obvio, no se excuso ni nada) por lo que ese día iniciamos nuestras largas conversaciones casi que filosóficas.

En cada una, mi curiosidad me llevaba a preguntar cuanta cosa se me ocurriera y el sin reparo y desde su experiencia (MUCHO mas recorrida que la mía) me hacia pensar, cuestionarme, dudar de todo aquello que a lo largo de mi vida había creído y sin darme cuenta, me había sumergido en el mundo del DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA.

Obvio, el tema sexual no escapaba de nuestras conversaciones, por lo que me atreví a sugerir tomarnos un café y así, viéndole a los ojos, cuestionarle sus intenciones para conmigo, ya que no pretendía estar en la lista de sus conquistas.    La verdad, en esta ocasión tuve el tiempo de observarlo con mayor detenimiento, escuchar cada una de sus experiencias y yo, bueno, ya sabes mi cuento, por lo que, en ese momento, ahí en medio de un bullicioso y reconocido café, sentí que nos encerramos en una burbuja, en donde solo estábamos él y yo.

¿Qué es lo que tú quieres?  Me pregunto sin tapujos y viéndome directo a los ojos, a lo que si reparo y directo le dije “Quiero cogerte”.   Él sin el más mínimo resquicio de asombro, me dijo “Me alegro de que estés tan segura de ti misma” pero lo que el no sabe, es que casi me orino de la pena, ya que yo jamás, NUNCA había dicho algo así y menos a una persona que recién conocía.

De aquella primera vez, solo diré que en mi vida me había sentido tan valorada y deseada, por lo que poco a poco y con calma, me iba guiando para despertar aquello que siempre había estado ahí, pero que nunca pude explorar o reconocer de mi cuerpo con el padre de mis hijos, no sin ser atacada por las inseguridades, ya que yo, una mujer divorciada de 60 años, que tipo de relación tendría con un hombre casi 20 años menor que yo.   Es así como me di cuenta de lo adoctrinada que estaba, ya que mi madre siempre me decía “una mujer decente no hace cochinadas con su esposo” o aquel comentario de “Las calenturientas, esas son putas” y con él descubrí que tenía mucho de calenturienta y que no pasaba nada, si disfrutaba a mis anchas de mi sexualidad, sin pena, vergüenza o nada de eso, ya que lo que pasaba entre nosotros, se quedaba entre nosotros.

Con el tiempo fui liberándome de miedos heredados, culpas, el qué dirán y con paciencia y ternura, el logro destapar un tema que oculto arrastraba desde mi infancia; ese día llore como la niña que, acosada por un adulto, prefirió tapar el sol con un dedo, por lo que diciéndome “Llora y sana esa herida” me dio un tierno abrazo que no he podido olvidar, ayudándome a sanar este y otros temas que había ocultado por muchos años.

El tiempo ha pasado y hoy me siento plena, segura de mi misma y responsable de mis actos, por lo que disfruto de la LIBERTAD de ser, estar, pensar y hacer lo que realmente siento y quiero, no lo que la sociedad, la religión, mi familia o mis hijos digan, ya que hoy me siento mas mujer que nunca y aunque el ya no es mi pareja, sabe que lo amo incondicionalmente, como el me ama a mí, sin apegos o dependencia...


Gracias a mi amiga por permitirme conocer su historia, la cual es un testimonio real, de eso que muchas mujeres viven en silencio, autoimponiéndose una falsa felicidad o hasta con dolor por acostumbrarse a estar a la sombra o con el miedo a ser DUEÑA de su vida, pensamientos, palabras y acciones.

 

Abdiel Barranco C.

PD.  A ti mujer, atrévete a DESPERTAR buscando tu verdad, tu paz, tu sentir, tu SER.

3 comentarios:

  1. Gracias Abdiel....y gracia a tu amiga por ayudar a muchas mujeres a ser ellas....ser mujer

    ResponderEliminar
  2. Totalmente yo ,allí en esa historia ,gracias por compartirla y mirar que estoy sanando día a día mi amor propio

    ResponderEliminar