Conocer a alguien nuevo en este proceso POST Pandémico, es por decir lo
menos algo divertido, tomando en cuenta el distanciamiento físico, los lugares
congestionados, el miedo al contagio, el toque de queda y los retenes, pero aun
así hacemos acopio de la imaginación para sentirnos bien, para ser así
por un tiempo nuevamente humanos.
Corría uno día normal, cuando leo en los comentarios de los artículos que
comparto, un mensaje que hablaba de la sorpresa que fue leer mis palabras, de
lo mucho que le gusto y que era interesante mi postura ante ese tema, haciendo relación a que soy hombre, del verbo no te agaches que es peligroso.
La verdad no hice más que agradecer el comentario, tomando en cuenta que
por estos medios digitales no se sabe quien escribe, ya que no había foto, nickname, ni nada por lo que di el caso por cerrado.
SORPRESA, SORPRESA
Por esas cosas del destino, una conocida entrevisto a una elegante mujer y
en esta ocasión fui yo quien hice el comentario, sintiendo interés por el tema
que tocaban, a lo que un tiempo después hubo una respuesta agradeciendo el
mismo por lo que surgió, digámoslo así, interés comercial, lo cual nos llevo a
intercambiar vía Instagram los números de whatsapp.
En esa primera ocasión fue una llamada de cortesía, como primer contacto
para conocer quien era yo y que hacia en el tema de coaching y otras hierbas aromáticas,
a lo cual, y en resumen informe que, si bien es cierto me dedico a Formar niños
y jóvenes en habilidades para la vida, también he tenido experiencia respaldada
en temas de ventas a nivel de tienda, administración y gerencia, todo esto en
mi vida pasada.
Pero lo inevitable se dio y empezamos a intercambiar experiencias
personales; lo típico, hijos, viajes, relaciones y divorcios, por lo que las
risas no se hicieron esperar y más, tratándose de seres con crianzas, culturas
y vidas diametralmente diferentes, por lo que como buen egresado de la
Pontificia Universidad de la Vida y resucitado dos veces, no pude resistirme a
la sugerencia de tomarnos una copa de vino.
¿DÓNDE ESTAS?
No suelo ir por separado a una primera cita, pero las circunstancias
laborales no dieron para otra opción, por lo que, según lo acordado llegue 15
min. antes y bammmm, no había estacionamiento; normal luego de tener a un país
encerrado por tanto tiempo y disponer solo del sábado para respirar fuera de
casa y lejos del trabajo. Rápidamente y
contiguo al lugar acordado, fui bendecido con un espacio amplio justo para dos
carros, por lo que como policía de seguridad me puse a esperar a una mujer que
no conocía, que venia en un vehículo que también desconocía…
Ahora te preguntaras ¿Hueon por que no la llamaste? Bueno, por esas cosas de la vida me habían cortado
el servicio por falta de pago, ajaaaaa…
Efecto Covid. Bueno, ahí me
quede sin mascara, escuchando de varias personas decir “Ponte la máscara”
inclusive una patrulla de policía, con 4 unidades dentro me sonó la sirena y me
hicieron señales de “ponte la máscara”.
Pasaron los minutos y decidí inspeccionar el área donde íbamos a estar y
en eso “Ring, ring… Dónde esta Abdiel
Barranco” para mi fortuna, ella si logro atravesar el retén policial que me
impidió poner mi carro ON SPOT, por lo que como bien cuidao (En Panamá un
bien cuidao es la persona que te “ayuda” a estacionar tu carro y exige propina)
le ayude a estacionar su vehículo.
EL SABIO CALLA, EL EGO ALEGA
El saludo protocolar PANDEMICO, más extremo que el japonés, ya que solo
intercambiamos un hola, nada de besitos, abrazos y esas pendejadas… (Acepto y reconozco que eso me afecto) Luego
ella se soltó a hablar como hilo de media, mi intuición fue fluir como el agua
del río, escuchando entre líneas mucho miedo, por lo que con un par de
acotaciones expresé mi sentir “En esta vida hay dos opciones: Vibrar en el AMOR
o vivir en el miedo”, justo en ese momento cerré el maletero de mi carro
sacando un par de sillas y unas cositas para picar.
Por fin nos sentamos en un lugar tranquilo, rodeado de al menos unas 20 o
30 personas, un raspadero que tenía reguetón en su carrito, ciclistas, esporádicos
policías que hacían su ronda y lo normal del lugar; en eso el cielo empezó a dar
su espectáculo de colores naranjas, mientras que ella me contaba a profundidad de muchos temas y preguntas de su vida…
La verdad disfrute mucho de su compañía, pero llego el momento en donde
el tiempo se detuvo y el resto del mundo desapareció.
Ella envestida de su energía masculina, yo calmo como el agua del mar le
dije “Toma mi mano” yo había cerrado los ojos antes que ella
pusiera su mano sobre la mía. Su estrés
era palpable en su manera de apretar mi mano, pero lo tibio de su tímido y sufrido
Ser se empezó a asomar conforme le repetía: Respira, siente, escucha… Respira, siente escucha. Mi Ser nos llevó hacia una burbuja de paz y
quietud en donde el trote de los deportistas, el trinar de los pájaros y todo
lo demás dejo de estar, yo solo escuchaba las leves olas golpear contra las
rocas, respirando el aire fresco y sentía la brisa acariciar nuestras manos y
en ese momento nos hicimos uno.
HAY TIEMPO PARA TODO
Este cuento de hadas moderno fue un sueño vívido que tuve, el cual me
conecto a la verdadera esencia del VIVIR, la cual consiste en disfrutar del
AHORA, mas allá de las pasajeras, formales o complicadas responsabilidades que
tengamos; la vida es solo una, por lo que tener tiempo para soñar, despiertos o
dormidos, es un derecho que NADA, ni nadie nos puede quitar. Esto es lo que considero parte de mi misión
o propósito de vida, el cual transmito a quien haya despertado, ya que el
maestro llega, cuando el alumno está preparado.
Si viviste conmigo esta lectura, GRACIAS por tomarte el tiempo de salir
de tu caja de egos y miedos para estar aquí conmigo el momento que duro este sueño; ya eres un alma libre que anhela renacer desde el amor, el verdadero AMOR que no tiene
miedo a vivir, a Ser y Sentir todo aquello que DIOS tiene preparado para cada
uno de nosotros, mas allá de lo que tu religión, familia, cultura o sociedad “quiere”
para ti.
Te amo.
Abdiel Barranco C.
+ SER que humano.
PD. Respira, siente y escucha.

Sencillo, fresco y profundo a la vez
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