A lo largo de mi vida he sido del tipo de persona que cuestiona todo, bajo la premisa que si no sé algo, debo preguntar. Aparte, he aprendido a no puedo dar todo por hecho o que es así, ya que toda la vida se ha hecho de ese modo. A mi entender esta frase del costumbrismo social o personal nos ha hecho mucho daño.
Es así como en esta trilogía dedicada al amor, el desapego y
la cuarentena, doy respuesta a varios cuestionamientos, sólo con la intención
de buscar mis propias respuestas. En tus manos queda hacer las respectivas
valoraciones, tomar lo que te sea útil, tal vez cuestionarme o descartarlo
pasando al siguiente post, así que empecemos.
EL DESAPEGO: Este concepto lo describo como una fruta exótica
llena de semillas agridulces que germinan bajo cuatro preceptos que empecé a
descubrir, una vez perdí el miedo a entrar en mí.
Veamos pues estas cuatro leyes del desapego.
Todo arranca por la RESPONSABILIDAD de aceptar
que todo lo que nos pasa, bueno o malo, así como lo que pensamos o hacemos,
están bajo nuestro control, por ende, debemos hacer frente a todas las
consecuencias que esto ocasione, a uno mismo, como en las demás
personas. Pongamos esto en contexto. Imagina que vives con tu
pareja, ya se han comprometido/casado y por “x” o “y” situación descubren que
efectivamente, lo que los unió fue un rico, intenso y placentero sexo.
Acá las opciones son: A- Romper por lo
sano. B- Volverlo a intentar. C- Fingir felicidad.
Responsablemente lo lógico sería aceptar que, para evitar sufrimiento,
es mejor romper.
Ahí caemos en el HOY… Sí, VIVIR EL AHORA es
el segundo paso para entender el desapego; lo que pasó ayer no lo podemos
cambiar y aquello que podría pasar mañana en la relación no está garantizado,
por ende, entendamos que aquellas maripositas que recordamos del ayer no son
una base sólida para sostener el amor a futuro.
Aquí es donde la cosa se pone interesante, tomando en cuenta que
la LIBERTAD es el tercer elemento del desapego.
Debemos tener claro que la libertad para decidir NO debe o debería ser influenciada por los demás, sólo por lo
que sentimos, sin que esto nos genere conflictos internos o externos, para que
así podamos seguir nuestra vida.
Esto nos lleva a ASUMIR sin
traumas las rupturas, pérdidas emocionales o físicas que tendremos en el camino
y esto ante la imagen que tenemos preconcebida e idealizada del amor, es como
destripar aquella fruta exótica y divina de la cual hablaba al principio,
poniendo el YO por encima de los sentimientos, lo cual suena egocéntrico.
Nacemos en un núcleo familiar que ya tiene reglas preconcebidas en todos los aspectos (religión, sociedad, ideología, mitos, roles, miedos, etc.) así generamos vínculos fuertes desde la cuna y un ejemplo claro, es cuando en la temprana infancia, llorábamos porque papá o mamá se iban al trabajo. Esto es apego = Del prefijo “Ad” que se traduce como “hacia” y el verbo “picare” que es sinónimo de pegar o unir, esto es una conexión natural que hay entre el hijo/hija y sus progenitores.
Por esto el apego es intrínseco a los humanos, pero
con los años y las falencias en el manejo de las emociones, esto puede tornarse
enfermizo para unos y otros, tanto en relaciones de pareja, familia, amistad o
hasta en lo laboral, lo cual se evita o eliminan al vivir en desapego.
Es así como amar en desapego es para muchos, dentro de los cuales me
incluyo, un actuar/sentir mas complejo de lo que conocemos y entendemos por
amor. Por esto me pregunté: ¿Qué tiene de beneficioso amar en desapego?
Para entender esto, te propongo salir de nuestra caja preconcebida de
“creencias limitantes” y miremos los toros desde la barrera. Así que liberemos la mente de todo prejuicio e
imaginemos una vida libre de sufrimientos, donde no juzgamos, critiquemos o
señalemos a nadie por sus decisiones o acciones. Donde el dolor, las lágrimas y la congoja sean parte del pasado,
así la paz interior y la verdadera felicidad estarán contigo siempre, aun
cuando todo el entorno se esté derrumbando… Si logras
entenderlo, estas iniciando el camino al amor en desapego.
Si llegaste hasta aquí es que también estás buscando una respuesta a lo
que el HOY te esta perturbando. Vivimos
en un mundo en donde la velocidad y el ruido de los acontecimientos nos impide
entrar a nuestro interior; es la constante distracción que no da respiro y aquí
es donde entra Don Ego. Él no es el
culpable de todo esto, más bien es el actor principal de nuestra inconsciencia
que nos impide ver, sentir o construir lo que realmente queremos alcanzar,
desde el desarrollo económico, hasta el verdadero amor.
Es el EGO que nos impide entender el desapego. Por esto debemos aprender a gestionarlo, no
controlarlo o reprimirlo, ya que cuando nos resistimos a algo, ese algo
persiste (Lo que resiste, persiste.) y esto nos impide fluir. Es
aquí donde entra la energía a este cóctel de aprendizajes y me refiero a la
energía como AQUELLO que nos mueve, que vive dentro de nosotros, siendo nuestro
cuerpo terrenal, el estuche de toda esa energía que desconocemos y que está ahí
para nosotros.
Ahora toma un vaso de agua, para así bajar el sabor agridulce de todo
esto que me ha tomado años entender y que a manera de cuento he tratado de
relatarte, para que así encuentres tu senda, ese camino que en la próxima y
última entrega recorreremos juntos, para así tomar el sendero al Nirvana,
desviándonos de todo aquello que conocemos.
Abdiel Barranco C.

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