Aquí debemos liberar de toda
culpa a nuestros primeros maestros y el camino al perdón es dejar atrás el
miedo, los traumas, creencias limitantes o malas experiencias con nuestras
parejas o aquella herencia no solicitada de nuestros padres y abuelos; eso fue
lo que ellos aprendieron y que a ti te toco recibir. Por esto, con
responsabilidad y madurez te invito a seguir en ruta, haciendo una parada en la
fábrica de cajas de cartón más grande del mundo.
No olvides
poner música, aquella que más te gusta.
Recuerda, tú vas en tu carro y yo en el mío (Analogía del vehículo
-el yo- y la autopista -la vida) *1 podemos decidir detenerte o avanzar en el
momento que lo desees.
Muy bien, ya decidiste llevar tu vehículo al taller, ese donde
lo desarman todo para reconstruirlo. Es ahí donde empieza el camino más hermoso
que vas a recorrer en tu vida. Tal vez no esté lleno de flores o a la sombra,
pero cuando tu motor este listo, podrás disfrutar de paisajes interminables,
andando a tu tiempo y velocidad, poniendo en la radio aquella melodía que
tienes en mente, ese es tu ser. ¿Lo escuchas?
Entremos a la fábrica.
Antes
de nacer ya tenías un nombre y como te dije, una herencia que no solicitaste.
Tus padres y abuelos se encargaron, consciente o inconscientemente, de
enseñarte los límites y aunque te parezca mentira, la primera barrera que
afrontaste en tu vida fue la cuna donde te guardaban para protegerte. Ahí
lloraste, dormiste y aprendiste a aceptar que el resto de la vida le pondrían
límites a tu SER.
Luego
te llevaron a un lugar de culto, donde creciste, aceptando la verdad
incuestionable, donde para elevarte debes sufrir, viviendo con miedo a un Ser
que debemos respetar sobre todas las cosas, donde el conocerte y amarte a ti
mismo(a) pasa a segundo plano, ya que no puedes estar por encima de ese Ser
Supremo, tenga el nombre, la vestimenta, historia o esté en el libro que sea.
Llegando
el tiempo exacto y aún sin entender como debes amar y respetar a alguien
sintiendo miedo y siempre estando en el pecado, pasaste a la parte de doblado,
donde la caja empieza a tomar forma, ya que el diseño y material con el cual
hicieron tu caja ya estaba definido desde antes ¿lo recuerdas?
Siguiente etapa: La escuela, ese micro mundo que por 12 o 14 años es tu universo, donde te enseñaron a no cuestionar al maestro o profesor, ya que “Tú siempre serás el huevo y el maestro la roca” donde también te confirmaron que “La letra con sangre entra” parte importante de este cuento, y joder, así quien no hace caso. Te guardas tus preguntas, para no ser el/la sabelotodo, nerd o loser de la clase – Ahora entenderás el dicho que dice “Calladito(a) te ves más bonito(a)”
Cuando
por fin te liberas del yugo y te ganas a pulso tu libertad, te dicen “Mientras
vivas bajo este techo, seguirás mis reglas” o sea, sólo saliste del primer
anillo de seguridad, por lo que aún, sí, aún no eres tú.
Te convertiste en el reflejo de tus padres, saliendo de un molde que la
sociedad nos impuso a todos, para que así esto que llamamos mundo, tuviera un
orden lógico. Naces, creces, te reproduces y mueres.
Si
hasta aquí esto no te hace sentido… Es porque no estás preparado(a)
para esta lección.
Así
vamos por la vida, entre enseñanzas y golpes, hasta que un día te llenas de
ganas de VIVIR (Te hartaste de depender de los demás), tomas las llaves del
vehículo que pudiste adquirir y adivina, no sabes manejar por la autopista de
la vida. Esa vía donde hay camiones, curvas peligrosas, empinadas lomas.
“¿Qué hago si se me apaga el motor? ¿Y si pincho una rueda, una piedra me rompe
el parabrisas o peor, me quedo sin gasolina…?”
Miras
hacia arriba y sin darte cuenta, cerraron la tapa de la caja de tu vida, donde
todo lo que te enseñaron no sirve de nada, ya que en la oscuridad, no vez el
amor, la felicidad, la alegría de vivir, no puedes ver y menos entender tu SER,
ya que siempre te lo han ocultado. Toda la vida hemos vivido así,
creyendo las verdades o mentiras de otros, rezando, orando, implorando por
afecto, ya que debes amar a otro, por sobre todas las cosas.
Sí,
esto va en contra de TODO lo que creemos y nos enseñaron. A mí también me costó
entenderlo, pero ¿cómo vas a creer o amar a los demás, sin antes creer o
disfrutar del valor que tú tienes, si no conoces y crees en tu maravillosa
energía, si no entiendes tu verdadera esencia, sino conoces tu propio SER?
Cierra tus ojos
y mira hacia arriba, ahí veras una pequeña rendija de luz, ese es el ticket de
salida que debes tomar, para que así arranques con tu motor renovado (Tu
corazón), el hermoso camino donde podrás salir de esa caja mental donde nos han
ocultado todo aquello que la vida tiene para nosotros y que no alcanzaremos,
mientras sigamos manejando por la vida, con una cajeta en la cabeza.
Sí,
hay un mundo con muchos caminos por recorrer, pero depende de ti, sólo de ti,
el tomar el camino correcto, por lo que te espero en el próximo artículo, para
que juntos sigamos escribiendo la bitácora de esta ruta al SER.
Abdiel
Barranco C.
*1 – Lee el artículo “La energía de la vida”.





