COMO AMAR A UNA MUJER

 

Amar, una simple y profunda palabra que muchos no entienden o les da miedo; tanto para hombres como para mujeres, su significado e interpretación puede ser muy distinta, pero lo que se puede sentir al experimentarle, ES OTRA COSA.  Cuando pasamos de lo físico a lo etéreo, la piel es solo un medio, no el fin de ese mágico intercambio, en donde dos seres abandonan sus miedos e imposiciones, para iniciar un viaje a los cinco sentidos y mucho más.

Si te atreves, te comparto unas onzas de este elixir mágico, alucinógeno y excitante, que es el amar a una mujer o tal vez, a una verdadera DIOSA.

 

SIN PECADO CONSEVIDO

Para llegar a esa mágica conexión, que TODOS podemos alcanzar, nuestra alma debe regresar a ese estado inmaculado, en donde en esencia somos puros (ENERGÍA en su máximo esplendor), agua cristalina que fluye en el río de la vida, rumbo al océano universal, en donde todo tiene sentido y la verdad es neutra.

Para esto, no es necesario 7 años en el Tíbet, caminar de rodillas hacia un templo o regalar una vida de diezmo, por el contrario, es solo cuestión de Entender, Aceptar y Fluir con lo que encontremos dentro de nosotros, con la aclaración que, en este viaje, ambos deben estar en el mismo camino, vibrando en la misma banda (Ambas llamas en FM), aun cuando no estén 100% en la misma frecuencia (Tu en 88.1 fm y ese otro Ser en 97.3 fm) lo que genera cercanía, afinidad y complicidad.   

En este punto, ambos tendrán la certeza que no serán juzgados, minimizados o cuestionados, solo ACEPTADOS en los jugos de la verdadera esencia, ya que los nombres, formas y pensares, dan paso a la realidad y SENSIBILIDAD de cada encuentro.

 

PRIMERA LECTURA

En aquel momento en donde las miradas se cruzan, la mente esta presente al 100% en ese instante y lugar, el entorno desaparece para dar rienda suelta a un intercambio maravilloso, en donde la sexualidad verbal llega antes que las caricias, solo para alinear saberes, conectar placeres y disfrutar de palabras como: Besos, orgasmos, energía, cosquillas, retorcer, gemidos, aruñazos y un sin numero de sensaciones solo para los verdaderos amantes, aquellos que no se apenan al escuchar la descripción de quien se sabe amar en soledad y compartirse en las mieles del Amor Incondicional.

Estos primeros encuentros, casi que literarios, pueden ser acompañados de buen vino, velas, salidas para ver el atardecer; eso sí, sin apuro, pero con mirada y paso firme, cuando SIENTES que la conexión va por delante que la excitación.

 

SEGUNDA LECTURA

Eres tu mujer, hija de María Magdalena, alumna de Isis y aprendiz de la Sexualidad Sagrada, Reina de tu cuerpo, la salvación y la vida eterna…    En tu vientre fértil, es que la vida surge, pero aparte de tener esa sagrada misión, la elevación a confines mas allá de los sentidos, empieza LIBERANDOTE de todo aquello que desde niña te han repetido, ya que tu placer es tu responsabilidad y aquí es donde el viaje para AMARLES empieza a exigirles la sabiduría en las artes amatorias y no me refiero a poses Kamasutricas o pócimas con el agua de panti, eso es de “mujeres” ignorantes e inseguras de su Divinidad.

Para ser amada, una Diosa debe aprender a amarse a si misma, conocerse PRIMERO por dentro y por fuera y hasta mas allá de su cuerpo físico, estando en conexión con SU NATURALEZA divina, disfrutando de sus aguas, luces y sombras, siendo honesta y transparente ante su sentir y placer, ya que no tiene nada que ocultar o temer; una Diosa no se guarda nada, por el contrario, se entrega libre y sin reparo, a ese DIOS que sepa conducirla al maravilloso universo que esta mas allá de las sabanas y rincones que conoces.

 

EN LA SAGRADA COMUNIÓN

No hay Dios sin Diosa, Luz sin oscuridad, Sol sin Luna, por eso el compartirse en Sagrada Comunión, requiere de ti hombre, que te conviertas en un DIOS y para esto, deja de pensar con tus genitales, ya que el AMAR a una mujer, no es eyacular tu luz tan rápido como tú quieras, sino gestionarla para que ella alcance su magnificencia en tus manos, tantas veces como le sea posible, ya que, en esos momentos de pasión, la lujuria desaparece, al tener la posibilidad de amarle con los cinco sentidos…   Hazle escuchar tus gemidos, siente el calor de su piel apasionada, prueba la humedad y dulzura de sus aguas, mírale a los ojos y huele cada centímetro de su piel.

Y ahí, en ese sagrado momento en donde no pueden más, abrázale fuerte y fusiona con ella tu luz…   Ahí verán el sonido de las campanadas, sentirán la presencia de Dios, reconocerán el olor del cielo, sus gemidos retumbaran en tu pecho y el tiempo se detendrá para darse cuenta de que el universo está al alcance de aquellos AMANTES que se entregan en PLENITUD y sin miedo a la pasión.  

En esta Sagrada Comunión, no hay cansancio, silencios incomodos, reproches o falsedad, ya que, el elevar a una mujer a SER DIOSA, es un tema de dos, en donde el Amor Incondicional, esa entrega sin fronteras, es un placer sin apuros, delicioso y pleno, en donde se empiezan a borrar las barreras, los mitos y tabúes, apareciendo la CERTEZA, la Plenitud, la LIBERTAD y sobre todo la PAZ INTERIOR, mucha, pero mucha Paz.

Esto no es una fantasía o un cuento de Isabel Allende, es real y posible, para aquellos que con valentía se atrevan a cruzar la barrera impuesta de los miedos a la verdadera Sexualidad Sagrada, esa que revitaliza, es vida y salud.

 

LA PAZ Y LA SEXUALIDAD SEA CONTIGO

El reino de los cielos no se alcanza al trascender, esta aquí en este momento, espacio y tiempo, esta tal vez a tu lado, a una llamada o a miles de kilómetros de distancia, por eso, rompe con esos grilletes que heredaste, cadenas de opresión que te limitan e impiden alcanzar tu plenitud y DIVINIDAD con tu propio SER y con esa otra persona, que tal vez, solo tal vez sea tu Maestro/a, si realmente estas preparada/o para aprender a AMAR y ser AMADA.

 

Paz y Bien.

 

Abdiel Barranco C.

 

LA VERDAD REVELADA

Para aquellos que tenga ojos para ver, que vean.

Para aquellos que tengan oídos, que escuchen.

Para aquellos que tengan el corazón abierto, que SIENTAN.

Para aquellos que NO tenga ninguna de las tres,

que sigan su camino, hasta encontrar su verdad.