domingo, 5 de septiembre de 2021

Mi soledad y y

 



Vaya que "soledad" es toda una Rock Star; todo el mundo la conoce, algunos le temen, mientras que otros disfrutan con ella y la verdad, es que, para estar bien en su compañía, hay que hacer un Post Grado en Autoestima.

Pero que es la soledad: La palabra “soledad” viene del latín solitas y significa “Cualidad de estar sin nadie más”.   Sus componentes léxicos son: Solus (solo), más el sufijo – dad (cualidad); esto por muy técnico que se lea, es una cosa, pero experimentarlo tanto física, como emocionalmente son dos cosas muy diferentes.

En mi caso, siempre evadí siquiera la idea de que me acompañara, pero dos acontecimientos muy profundos en mi vida cambiaron mi percepción de ella.


OHHHH EL AMOR, EL AMOR.


Sip, ese bello sentimiento suele ser muy aleccionador, cuando no se sabe, entiende o siente que es el verdadero amor incondicional.

Es así como uno hace contacto con personas que dejan huellas en la vida de cada uno, pero en mi caso, la huella que el amor dejó en mí hoy es una super lección que agradezco, aunque en ese momento lo sufrí hasta las lágrimas.

Corría el inicio de mis cuatro décadas, todo iba viento en popa, hasta que por acciones e inacciones de ambos, el crucero del amor se detuvo.  Yo tomé la honesta decisión de saltar al agua, antes de hundirme anclado al timón.

Ahí la realidad me llevó a tomar la única opción viable (vivir en las cuatro paredes de mi negocio) y bueno, Dios escribe mensajes directos, con letra de doctor, por lo que trague cortito y por tres meses, estuve literalmente viviendo con la flaca soledad.

El despertar era bien activo, desayuno, baño y a promocionar el proyecto, pero en las noches, Solé jugaba con mi mente al pin pon.

"Tú no tienes rumbo", "Que buen ejemplo le das a tu hija", "eres un bueno para nada" la verdad había noches en que me hacía llorar, pero en el fondo mi luz de esperanza era mi hija, ya que mi corazón me repetía…  
“Tu no le puede hacer eso”.

El tiempo pasó, las cosas mejoraron y terminé en casa de una prima que me dio refugio en su hogar y aunque hablábamos poco, el cocinar esporádicamente para ella, así como salir de "casa" para ir al negocio, me cambio el panorama.


EL SEGUNDO ENCUENTRO

Pasaron los años y un buen día tome mi mochila, invite a mi hermano en la Aventura, mi garra, mi querido Vitto y nos fuimos para la montaña, el entusiasmo estaba a tope, pero las rodilla de Vitto le dijeron, hasta aquí llegas tu.

La verdad me dolió separarnos, aunque luego comprendí que en esta oportunidad el llamado era para mí, por lo que soledad se vistió de fiesta.

Luego de unas siete horas de caminata, en aquella agreste y solitaria montaña, quedé idiotizado con las vistas, arme campamento y una fuerte ventolina intento desarmarme hasta la moral.  Yo, todo un aventurero de suela vieja, jamás había dormido en el monte solo; que cosas tiene Dios...  El viejo se las sabe todas.

Ya te podrás imaginar las historias que Solé me quería contar, pero lo que con las lecciones aprendidas en el camino, le dije "ven, acuéstate conmigo".  La verdad, en ese primer solo TODO cambio, ya que al gestionar de manera positiva todas mis emociones, pude dormir tranquilo, en paz y sin brujas o monstruos en la mente, mismos que desde la infancia atormentaban mis noches.

El dorado amanecer, con un clima frío y despejado de verano en la montaña, hizo que el café tuviera un olor y sabor muy especial; de la emoción grite y me sentí tan vivo, al haber pasado mi primera noche solo en aquella apartada montaña y aparte de estar sin un rasguño, estaba super emocionado, CONTENTO.

Hoy, mientras escribo estas letras en mi hamaca, en medio de la montaña, soledad es tan solo un recuerdo de un período de miedos e inexperiencia, en donde se di más que mi tiempo, también mi ser, gracias a ese ego implantado que nos mata y encierra.

Por eso, al estar en la montaña o la ciudad, me siento acompañado por el Gran Maestro Aventurero; Él aunque no cuelgue su hamaca junto a la mía, es quien enciende la fogata en mí y nunca me abandona, desde que aprendí a VIVIRLO y  SENTIRLO en el corazón y no “viviéndolo” desde la mente.

Gracias Papá Dios y amada Pacha Mama.

Abdiel Barranco C.

PD. La soledad te puede llevar a pensar demás; por esto, si te sientes solo, pide ayuda profesional y si no te atreves, cuenta con mis dos oídos y un abrazo.

PPD. Si tienes ganas de vivir una experiencia así, con gusto te guio.


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