Por muchos años tuve una GRAN pregunta rondando en mi cabeza; luego de mucha frustración, molestias, acaloradas conversaciones, etc., por fin pude saciar mis ansias de saber, aun cuando al ver, escuchar y sentir las acciones de muchas personas, me percaté que había un tema raíz que había que solucionar.
Todo esto esta ligado a la
existencia, eso que llamamos vida; tu vida, la mía, la de aquellos que nos
rodean, en fin, la de los casi 8 mil millones de almas que vivimos en esta
pequeña casa llamada tierra, que muy aparte de si la cuidamos o no cuidamos, la
respuesta que encontré (que es mi respuesta) es la respuesta a todos los
problemas que venimos afrontando desde siempre.
EL INICIO
Para poder explicar esto, primero
pensé en hacerlo con palitos y bolitas, pero luego sentí que tu que me lees,
tienes la habilidad suficiente para entender, ya que te hablare de energía… Sí, esa misma energía que te permite leer
esta lectura en el dispositivo que estés usando, con la diferencia que esta energía de la que te hablo, la produces tu.
Esto ya lo he escrito en muchas
ocasiones, pero es IMPORTANTE para entender la respuesta que yo encontré y que
espero, tú también puedas entender.
SOMOS ENERGÍA (Luigi Galvini – Descubrió la naturaleza eléctrica del impulso nervioso) sí, nuestro cuerpo funciona gracias a impulsos eléctricos… Recuerdas el corrientazo en la manigueta metálica de la puerta o el rose con otra persona… ¿Has escuchado o visto la chispa? Bueno, eso es energía, sencillo verdad. Bueno, todo lo que nos rodea, desde las personas hasta el mas pequeño objeto tienen esa misma energía.
Nuestra energía se mide en Hertz o Hercios = Hz. Esta puede ser de alta vibración, como de baja, por lo que procedo a darte ejemplos, con emociones o acciones que realizamos o pensamos a diario.
Frecuencias de las emociones:
Vergüenza – 20 Hz.
Sufrimiento – 75 Hz.
Orgullo – 175 Hz.
Neutralidad – 250 Hz.
Aceptación – 350 Hz.
Paz – 600 Hz.
Muy bien, seguro ya nos estamos
conectando, por lo que ahora empezaras a recordar lugares, personas y palabras,
ubicándolas en un rango vibracional (Alto o bajo) que no es ni bueno, ni malo,
es solo la manera en la que sentimos a las personas, sin realmente saber el por
qué no nos podemos entender, nos sentimos incómodos en ese lugar o escuchamos
palabras o conversaciones que no nos resuenan, mientras que otras nos hacen
click a la primera. ¿Energía te dice
algo?
Bien, mi tema era que luego de
iniciar mi camino hacia el crecimiento personal y despertar de la conciencia,
el cual fue progresivo y con muchas lecciones muy interesantes, veía y
escuchaba a las personas hablar o referirse a sus vidas desde el miedo (bajísima
vibración) y la verdad, por mas que intentaba explicarle las maravillas de
vivir en PAZ, sentía que teníamos contacto, o sea, nos veíamos y hasta nos podíamos
abrazar, pero no había CONEXIÓN.
Acá la analogía es: Esa
persona tenía una extensión con muchos foquitos, de esas que se le ponen a los
arbolitos de navidad y lo que yo le decía/ofrecía, era el enchufe que estaba en
la pared, conectado a la GRAN ENERGÍA, pero esa persona y su conector, estaban
a metros del enchufe, por lo que los foquitos no podían brillar.
CUANDO EL FOCO ALUMBRÓ
Luego de aceptar que no estaba
loco, sino que mi pensar era y es diferente, intente buscar las explicaciones
al por qué de tanta ceguera social, falta de conexión y un sin numero de cosas más,
que en ese entonces no entendía, por lo que busque en libros,
paginas web y con distintos autores en YouTube (Todo afuera) y la verdad, el
que busca siempre encuentra, pero lo cierto es que no estaba 100% preparado
para la respuesta.
Es así como en medio del cierre
de un ciclo amoroso y el colapso de mi negocio, el conocimiento vino a mí, de
manos de un SER que a miles de kilómetros uso palabras que me generaban miedo, explicándome
cosas que sabía, pero que no entendía, descubriendo lo sagrado del SER y mucho más,
por lo que poco a poco empecé a perder el miedo a SER, descubriendo mi verdad,
siendo mas integro conmigo mismo y bammmm…
Ahí estaba la gran respuesta.
NO
TIENES QUE CAMBIAR A NADIE, quien debe cambiar eres tú.
Coño, esto me tumbo al suelo y
por dos semanas estuve volando bajo, desconectado casi de todo y de todos, pero
en el fondo sentía una energía diferente, fue una llama que cambio mi vida, acercándome
al verdadero Dios, no el de la biblia o el que esta clavado en tantas iglesias;
ese no es Dios, es lo que las iglesias venden, para hacernos esclavos.
Ahí fue donde sentí el llamado a
su casa, por lo que, con un amigo y hermano, nos fuimos a la montaña, pero el
plan era para mí, por lo que en aquella ocasión quien me acompaño durante un
hermoso e interesante recorrido de autosanación fue Dios. Él me
guío entre rocas y precipicios, me hizo beber de mi mismo, me dio grandes
lecciones y me lleno de fe y esperanza, no sin antes darme una gran misión.
MI MISIÓN
De niño y ahora de adulto he
visitado a psicólogos y coaches, todos muy buenos, pero dos excepcionales y
sabias mujeres me dijeron “Has lo que te de más paz” por lo que volví a mis raíces, muy ligadas a
la naturaleza, su cuidado y experimentación, por lo que decidí hacer con mucha
pasión, lo que se hacer y es ayudar a quienes quieran ser ayudados a liberarse (Así como a mi me ayudaron),
tal cual yo lo hice; entendiendo también que cada uno lleva su proceso a
cuestas e inclusive, puede que te sientas cómodo en esa posición, lo cual es
una decisión personal, misma no pretendo cambiar.
Pero una de las lecciones que recibí
en el camino, mi camino de vida, fue ACEPTAR y rendirme a lo que realmente DIOS
tiene para mi y lo que Él quiere que yo haga con aquellos que realmente están
aptos para despertar, mismos que descubrirán su verdad con valentía, mucho amor
y sobre todo la PAZ y LIBERTAD interior que se ve reflejada íntegramente en tu
luz, salud y hasta en tu sexualidad.
Sí, el sexo sana y es salud… No me crees, no importa, ya que todos
aquellos que resuenen con este mensaje, sabrán que es verdad, por lo que, si tu
sientes que es tu momento, estoy a la orden para acompañarte en tu camino al
despertar y la verdadera libertad.
Abdiel B.
Con gusto estoy disponible para ti
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